Proponen una alianza diplomática en América Latina para revertir la crisis socioambiental
Las embajadas de Bolivia, Cuba y Venezuela ante la Santa Sede han organizado este jueves una jornada de reflexión a la luz de las encíclicas Laudato si, Fratelli tutti y la exhortación apostólica Laudate Deum del Papa
«Reconfigurar la diplomacia internacional como cuidado de la vida en respuesta a la crisis ecológica y socioambiental que atraviesa el mundo». Ese es el objetivo, según la secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, Emilce Cuda, de la jornada de reflexión que las embajadas de Bolivia, Cuba y Venezuela ante la Santa Sede han organizado este jueves a la luz de las encíclicas Laudato si, Fratelli tutti y la exhortación apostólica Laudate Deum, del Papa Francisco.
Atiende a Alfa y Omega poco después de su ponencia en este seminario celebrado en el Palacio San Calixto, en el céntrico barrio de Trastevere en Roma. Su intervención ha abierto un diálogo para acelerar las respuestas frente a la agudización de la problemática climática global y sus repercusiones en el eslabón más débil de las sociedades.
A lo largo del día varios ponentes han reflexionado sobre el rol destacado que desempeñan los países de América Latina en este aspecto de la agenda global. Para Cuda «hay que diferenciar entre los gobiernos nacionales, subnacionales y las comunidades territoriales que actúan de manera subsidiaria». Un mosaico de competencias donde «hay muchísimas posiciones».
«Algunos países están de acuerdo con la agenda del Santo Padre y otros países no», destaca sin extenderse en esta idea. Pone de ejemplo virtuoso el esquema operativo con el que cuenta la Iglesia en América Latina, formado por varias redes territoriales, como la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) o la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (REMAM). Son, dice, una forma de «respuesta concreta al magisterio» de Francisco, además de testimoniar el «compromiso de la Iglesia para educar en una conciencia ecológica».
Señala, además, a las universidades «sobre todo públicas» de América Latina como actores activos que «han incluido en sus programas proyectos de investigación sobre la crisis ecológica y socioambiental para buscar soluciones que impulsen el cambio hacia un sistema de transición justo». Pero no solo eso. También los sindicatos o las organizaciones de empresarios «han hecho transformaciones en función de la transición ecológica». Asimismo, Cuda resalta la importancia de relacionar «el principio de subsidiariedad de la doctrina social de la Iglesia con la noble tarea de la diplomacia, en respuesta al llamado de Laudate Deum para una reconfiguración de la diplomacia como cuidado de la vida».
El presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, el cardenal Robert Prevost, ha abierto el acto con una ponencia en la que ha dejado claro que «el hombre no debe ejercer un dominio despótico sobre la creación». Por su parte, el canciller de las Pontificias Academias de Ciencias, el cardenal Peter Turkson, ha señalado que «cultivar y custodiar la tierra es lo mismo que dar culto a Dios». Del mismo modo, ha expuesto que los ataques a la naturaleza tienen «consecuencias sobre la vida de las personas» y que «el cambio climático es una consecuencia del pecado estructural». Sin embargo, algunos críticos lo niegan «para impedir que se haga algo», ha explicado. Así ha establecido una relación directa entre las actitudes negacionistas del cambio climático y las que ensombrecen con la «duda» el magisterio del Papa.
De la Curia romana, también han participado el presidente de la Pontificia Academia para la Vida, Vincenzo Paglia y el prefecto del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, Paolo Ruffini. Otras intervenciones han corrido a cargo del vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca Céspedes; el director de la Oficina del Cambio Climático, Biodiversidad y Medio Ambiente (FAO), Kaveh Zahedi; y algunos miembros de los Gobiernos de Venezuela, Cuba y Bolivia como el ministro del Poder Popular para el Ecosocialismo de Venezuela, Josué Alejandro Lorca Vega, o el subdirector general para Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Pedro Luis Pedroso Cuesta. También ha participado el presidente de la Asociación Internacional Carità Política, Alfredo Luciani.
Finalmente, la directora de Alianzas y Cooperación Internacional de la Fundación Scholas Occurrentes, María Paz Jurado, ha definido el desafío del cambio climático como «un desafío de justicia social». «Tenemos que hacer responsables a los jóvenes de las problemáticas que los aquejan para que ellos mismos puedan asumir y realizar los cambios que se necesitan en sus comunidades», ha instado. En esta línea, ha llamado a encontrar soluciones «no solo en la técnica, sino también en un cambio en el ser humano, volviendo a poner en el centro a la belleza».