Prohibido llevar móvil al pabellón del Vaticano en la Bienal de Venecia

El Papa verá in situ y en persona Con mis ojos, el pabellón con el que el Vaticano participará este 2024 en la Bienal de Arte de Venecia, una exposición internacional que celebrará su 60 edición del 20 de abril al 24 de noviembre. En el caso de Francisco, será el 28 de abril cuando visite la cárcel de mujeres de la isla de Giudecca, donde estará expuesta la obra que representará a la Santa Sede y que las propias internas explicarán a los asistentes.

Con mis ojos solo podrá contemplar precisamente así pues, al estar ubicada en el interior de una prisión, los visitantes deberán dejar su móviles en la puerta para observar la obra. El italiano Bruno Racine, uno de los comisarios de la exposición, señaló durante la presentación a los medios que, aunque «está prohibido hacer fotos», los organizadores esperan «que esta experiencia se quede en la memoria del visitante».

En la mismo acto, José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, contó que este pabellón pretende combatir «el predominio de lo digital y el triunfo de las tecnologías de comunicación a distancia» que «proponen una mirada humana cada vez más diferida e indirecta». Una dinámica que genera «el riesgo de alejarse de la propia realidad».

Según este purpurado y poeta portugués, «ver con los propios ojos confiere a la visión un estatuto único, ya que nos implica directamente en la realidad y nos convierte no en espectadores, sino en testigos». Algo que, en su opinión, «tienen en común la experiencia religiosa y la experiencia artística». «Ninguna de las dos deja de valorar la implicación total del sujeto», explicó en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

La instalación albergará además una escultura sobre la paternidad en la fachada de la capilla de este penal. Su autor será Mauricio Cattelan, un artista provocador que en 1999 estrenó La Nona Ora, una representación de Juan Pablo II derribado por un meteorito. Preguntado en una rueda de prensa sobre la elección de Cattelan, Tolentino de Mendonça confirmó las buenas relaciones con él citando un poema de la portuguesa Adília Lopes que dice: «El iconoclasta reconstruye el icono».