«Procesiones y romerías son un primer anuncio»
Según explica José Luis de Vicente, hermano marista y miembro de la Delegación de Evangelización, Catequesis y Catecumenado de la diócesis de Huelva, hay tres tipos de personas que se acercan a la religiosidad popular. Las que lo ven como algo artístico y bonito, pero no son creyentes; los alejados, y los que la tienen como modo de vivir la fe. «Y a cada uno hay que hacerle un anuncio concreto. La religiosidad popular, las procesiones, las romerías o las peregrinaciones son un primer anuncio», explica en conversación con Alfa y Omega tras participar la semana pasada en las jornadas de delegados de Catequesis organizadas por la Conferencia Episcopal Española (CEE) con el tema El kerigma en la acción evangelizadora de la Iglesia.
El religioso abordó junto con su delegado, Juan Manuel Pérez, también párroco de Ayamonte, la evangelización en la religiosidad popular y la reiniciación en la fe de los adultos en este ámbito. De hecho, el sacerdote coincide al ver la piedad popular «como una plataforma de primer anuncio del kerigma». «Hay muchas personas que están alrededor de hermandades por tradición familiar o que pululan en torno a ellas. No podemos obviarlas», añade.
¿Y cómo se hace esto? El hermano marista lo tiene claro: seguir el modelo de Jesús. «Él está presente en las fiestas con la gente. El primer milagro lo hizo en una fiesta. Hay que romper esquemas, pues estamos acostumbrados a predicar y luego llegar a la celebración. En la religiosidad popular se comienza con la celebración y, a partir de ahí, se puede explicar la fe, el sentido de la celebración, de la procesión…», subraya.
Juan Manuel Pérez, que conoce bien el mundo de las hermandades y cofradías —hay diez en su parroquia—, es consciente de las dificultades, que se circunscriben, según le han trasladado los hermanos mayores, a la falta de respuesta a los encuentros, más allá de la estación de penitencia. Por eso, es partidario de ofrecer a los adultos de las hermandades la posibilidad de seguir creciendo en la fe. «La catequesis no es solo para la recepción de un sacramento», apunta.
Por su parte, Francisco Romero, secretario de la Comisión para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado de la CEE, recuerda que tanto en este ámbito de la religiosidad popular como en otros es necesario volver a lo esencial y nuclear de la fe, que es «el encuentro con Jesús vivo y resucitado». «Esto debe ser el engranaje de la catequesis. No es una clase, debe ayudar al encuentro con Jesús. Esto es un reto», concluye.