Primera piedra - Alfa y Omega

Primera piedra

Jesús Junquera Prats
Foto: ABC.

Los reyes Carlos V y Felipe III intentaron en varias ocasiones construir una catedral en Madrid; incluso llegaron a tener bulas papales para ello. Pero fue el rey Felipe IV apoyado por su esposa, la reina Isabel de Borbón –muy devota de la Almudena–, quien consigue que el 15 de noviembre de 1623 se ponga la primera piedra. Pero todo se quedó en este acto por falta de medios económicos, conformándose con arreglar el templo existente y poner un retablo nuevo. El concejo le donó el trono de plata que se conserva en nuestros días y el rey mandó fundar la Real Esclavitud (1640).

Tendremos que esperar hasta el año 1851, cuando Isabel II firmó un concordato con la Santa Sede en el que figuraba que Madrid pasaba a ser diócesis independiente de Toledo. Pero este hecho no se haría realidad hasta 1885, durante el reinado de Alfonso XII, restaurada la monarquía tras la época revolucionaria de 1868, en la que se mandó derribar el templo dedicado a la Almudena.

En el año 1878, el rey se casó con su prima, la reina María de las Mercedes, también devota de la Almudena, que intercede ante el rey y el arzobispo de Toledo para que se construya un nuevo templo. A los tres meses de su boda, los reyes hicieron la entrega del primer terreno para la construcción. Muerta la reina tres meses después, Alfonso XII cede los terrenos necesarios y entrega los bienes de la reina fallecida para comenzar la construcción.

Encargó el proyecto al marqués de Cubas y así, el 4 de abril de 1883 en una ceremonia solemne, el rey puso la primera piedra del nuevo templo dedicado a la Almudena, acompañado por su segunda esposa, la reina María Cristina de Austria. En un emotivo discurso, el rey hizo referencia a su primera esposa, «aquel ángel que está en el cielo, a quien se debe la iniciación de esta idea». Y decidió que el templo fuera el mausoleo de la reina, como lo sigue siendo en la actualidad.

En el año 1885 Madrid fue elevado a sede episcopal sufragánea de Toledo, y el templo de la Almudena en construcción pasó a ser la futura catedral, pero para esta realidad tenemos que irnos al año 1993. El pueblo de Madrid decidió subir a los altares a la reina Mercedes y así encontramos pintado su rostro en la imagen de la Virgen de la Merced, en la cúpula de la capilla dedicada a esta advocación en la basílica de San Francisco el Grande, uniendo a Madrid con el cielo.