Presidente de ConELA: «El trabajo no termina hasta que lleguen las ayudas a los enfermos» - Alfa y Omega

Presidente de ConELA: «El trabajo no termina hasta que lleguen las ayudas a los enfermos»

Fernando Martín lleva años trabajando por la ley ELA. Ahora que es una realidad, se acuerda de las 1.150 personas que se han quedado por el camino

José Calderero de Aldecoa
Martín en una de las reuniones con el ministro de Derechos Sociales.
Martín en una de las reuniones con el ministro de Derechos Sociales. Foto cedida por Fernando Martín.

—Tras la aprobación de la ley ELA se hacía imprescindible el desarrollo de la financiación para que la nueva norma no fuera papel mojado. ¿Ha llegado ya ese momento?
—Cuando se aprobó la ley no es que fuera papel mojado sin la financiación. No. Su entrada en el BOE ya establecía un derecho subjetivo reconocido a las personas, que es un paso muy grande. Es cierto que luego, hasta que no llegara a las camas y a las sillas de ruedas de las personas enfermas en modo de atención y supervisión, había una parte que sí podía ser papel mojado. Y en realidad todavía lo es, porque los afectados están a punto de recibir la ayuda que necesitan, pero aún no ha sucedido. Es verdad que estamos muy esperanzados y viendo que vamos por el buen camino.

—Claro, ahora el Parlamento tiene que convalidar el real decreto en un plazo máximo de 30 días. ¿Confía en que el Congreso avale la norma?
—Sí, vemos que hay buena disposición por parte de los grupos parlamentarios y confiamos en la unanimidad. Creo que todos ellos son conscientes de que esto no es ningún privilegio. Se trata de una ley muy humana y justa y creo que todos entienden que esto está por encima de cualquier diferencia. Al final son cuestiones transversales que nos unen como seres humanos. Evidentemente no eludimos la lógica de que exista el debate, porque, de hecho, este permite mejorar la norma. Ojalá todo lo que venga ahora sea para mejorar el texto. Confiamos en que en breve la ley ELA sea un papel seco con todas las de la ley.

—Después de la reunión del Consejo de Ministros en la que se aprobó la financiación de la ley ELA se reunieron con el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, para conocer el texto del decreto ley. ¿Qué destacaría de la reunión y del documento?
—Lo que remarco es el ánimo de todas las partes para que esto salga adelante. Confiamos en que ahora que por fin hay financiación, tal y como marca la ley, esta comience pronto a llegar a las casas, a las camas y a las sillas de ruedas de los enfermos. Ahora toca el despliegue de la ley en el territorio. Para esta fase destaco también la flexibilidad del texto, que va a permitir que las comunidades autónomas puedan participar del trabajo de homogeneizar un protocolo, un procedimiento, para que el nuevo grado de dependencia III+ vaya para adelante.

—Llevan mucho tiempo peleando por esta ley. Ahora que ya está aprobada, ¿cuál es el siguiente paso?
—El trabajo no ha terminado. Ahora nos vamos a centrar en tender la mano a las comunidades autónomas. En tratar de ser constructivos para la implementación en todo el territorio y para que las personas enfermas se sientan cuidadas, especialmente las que se encuentran más graves. Eso por un lado. Pero, por otro, está el objetivo de garantizar que la formación para las personas que realicen los cuidados sea correcta. Por último, hay que elaborar diferentes informes de seguimiento para las reuniones que vamos a tener con el Ministerio de Derechos Sociales. Van a ser cada tres meses para evaluar cómo va el despliegue de la ley.

—¿Cuántas personas han muerto desde que se aprobó la ley hasta que ha llegado la financiación?
—1.150 personas. Se dice mucho lo de que para estas personas llega tarde. No, no, para estas personas simplemente no llega. A otras les llega tarde, pero a esas 1.150 directamente no les llega.