El lanzamiento de la segunda parte de Jesús de Nazaret, libro de Joseph Ratzinger —Benedicto XVI—, se ha convertido ya en el lanzamiento editorial del año, pero su importancia histórica apunta mucho más allá de su previsible impacto en las listas de venta. «Como teólogo y como pastor, tengo la sensación de vivir un momento histórico de gran alcance», dijo el jueves, durante la presentación del libro, en el Vaticano, el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos. No es un texto de magisterio, pero «es evidente que, mediante esta obra, el Sucesor de Pedro se dedica a su ministerio específico, que consiste en confirmar a sus hermanos en la fe», alimentando y fortaleciendo «la relación personal de los Discípulos con su Maestro y Amigo». La importancia de este libro radica, además, en que el Papa supera la pretendida oposición entre exégesis histórica y teológica de los dos últimos siglos, mostrando que ambas perspectivas son complementarias, puesto que el Jesús de la fe, el Jesús que ofrece la Iglesia, es también el más razonable en términos meramente históricos. «Yo no puedo menos de ver en este libro la aurora de una nueva era de la exégesis», afirma el cardenal.
«En esta obra, veo también una invitación al diálogo sobre lo que es esencial del cristianismo, en un mundo que busca puntos de referencia», que es encuentro con una Persona, añadió el purpurado canadiense. Junto a él, reforzaba este mensaje la presencia del escritor italiano Claudio Magris, cualificado representante de la intelectualidad laica europea contemporánea, que no teme dialogar con la Iglesia. A Magris, este libro le ha provocado un hondo impacto: «Si el Papa nos hubiese hablado de cosas lejanas a nosotros, podrían no habernos interesado». Pero este Cristo que muestra Benedicto XVI; el Cristo que pisó la Palestina de hace dos mil años resucitó, y es contemporáneo nuestro. Con su resurrección, nos mostró una nueva forma de vida, la eternidad, que no es «vida ultraterrena» ni simplemente una «ilimitada continuación del tiempo en otro lugar, como un jubilado que se traslada a otro país». Por todo ello, Jesucristo es mucho más que un personaje histórico lejano, que «como máximo, yo podría admirar», dice el escritor.
«La fe cristiana es la fe en la acción de un hombre, que a su vez es el Hijo de Dios», sintetizó un día después, en la presentación en Madrid, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid. «Lo específico de la fe es que Dios se ha hecho historia», añadió. El también secretario general de la Conferencia Episcopal agradeció el esfuerzo del Papa de encontrar tiempo para completar este trabajo, que cuando fue elegido Pontífice, «muchos temimos que iba a quedar en un deseo. Pero hoy ya tenemos la realidad casi completa; sólo falta una tercera entrega», sobre la infancia de Jesús, «que previsiblemente será más breve».