Presas de Venecia protagonizan la Bienal
En el primer viaje de un Pontífice a la Bienal de Venecia, Francisco visitará el pabellón del Vaticano, en una cárcel de mujeres. Las reclusas han colaborado para crear un amplio abanico de obras de arte
Las mujeres hablan con desparpajo de las virtudes de los cosméticos naturales que venden en plena calle. Los preparan ellas mismas en un laboratorio a partir de los principios activos de las plantas silvestres del huerto en el que también cultivan frutas y verduras. Nadie diría que cumplen condena en la adyacente cárcel de la Giudecca. Pero esta no es una prisión cualquiera. Situada en pleno centro histórico de Venecia, sus muros —del siglo XII— guardan en la memoria los avatares de un antiguo monasterio y de un hospicio para prostitutas redimidas. La calle principal, donde montan el puesto ambulante y al que atraen, de vez en cuando, a algún turista despistado, se llama via delle Convertite.
Aquí todas las reclusas trabajan. Además de las tareas cotidianas, como la limpieza, la cocina o la lavandería, se ocupan del taller de cosméticos, donde realizan detergentes y cremas que incluso acaban en los baños de algunos hoteles, y del huerto, que mide 6.000 metros cuadrados. Las fatigas cotidianas son una suerte de redención que les recuerda su valía a pesar de los pesares. «Con lo que ganan pueden comprar todo lo que necesitan, enviar dinero a su familia e incluso guardarse algo para el futuro. Es como si le dieran un sentido al tiempo que están tras las rejas», asegura Vania Carlot, la directora de la asociación Rio Terà dei Pensieri, que desde hace tres décadas se ocupa de la inserción laboral de las reclusas.
- 8:00 horas. El Papa aterriza en la cárcel de Venecia, en la isla de la Giudecca
- 8:15 horas. Encuentro con las internas
- 9:00 horas. Encuentro con artistas en la isla de la Magdalena
9:30 horas. Llega en lancha a la basílica de Santa Maria della Salute para estar con jóvenes- 11:00 horas. Misa en la plaza de San Marcos
- 13:00 horas. Regreso
al Vaticano
Este espacio hermético es también la sede elegida por la Santa Sede para instalar su pabellón, que lleva por título Con mis ojos, en su fulgurante regreso a la Bienal de Venecia, en la que no participaba desde 2015. Detrás de esta iniciativa —que ha supuesto un rico intercambio entre las reclusas y los artistas y que incluirá una obra de grandes dimensiones del provocador Mauricio Cattelan— está el cardenal poeta José Tolentino de Mendonça, actual prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación del Vaticano. «Los artistas han venido aquí con las manos vacías», explica, «y han recogido las historias de vida, las imágenes, los gritos de dolor, los espacios vacíos y los deseos que nacen en estos corazones que, con la ayuda del arte, se han convertido en una gran parábola».
La francesa Claire Tabouret ha pintado retratos de las presas a partir de fotos de su infancia en las que aparecen retratadas con sus madres. También han participado en una coreografía de la brasileña Sonia Gomes y del francés Bintou Dembélé. Sus historias de delincuencia han inspirado a la libanesa Simone Fattal para esculpir unas enormes esculturas. Asimismo, las internas han participado como actrices de un corto realizado por Marco Perego y Zoe Saldaña, que se proyecta en una de las salas de esta cárcel. 20 de ellas son las encargadas de guiar a los visitantes —en grupos reducidos y solo con cita previa— por esta intrépida exposición que estará abierta hasta el 24 de noviembre. El domingo estas mujeres sin épica —80 en total— con vidas normales que se torcieron ante la falta de oportunidades, recibirán a alguien muy especial. El Papa atravesará a las ocho de la mañana la plúmbea puerta verde que las separa de la libertad. Las abrazará una a una con ternura y hará suyo su dolor, como lo haría un padre. Al mismo tiempo se convertirá en el primer Pontífice que visite la Bienal de Venecia en sus casi 130 años de historia.
Venecia es el primer destino de Francisco este 2024, después de visitar en septiembre Marsella (Francia) y tener que cancelar en noviembre su presencia en la COP28 de Dubái por problemas de salud. Con todo, el Papa de 87 años tiene por delante un viaje extenuante a Asia del 2 al 13 de septiembre que lo llevará a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur. En sus planes para este año también está viajar a Nueva York para asistir a la Asamblea General de la ONU en un intento por revitalizar la diplomacia internacional.