Porras: «Es un interrogante cómo influirá el nuevo Gobierno español en la relación con Venezuela»
El cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de Caracas, ha agradecido en Madrid la generosidad de la Iglesia de España con la campaña a favor de Venezuela de Ayuda a la Iglesia Necesitada, que ya ha recaudado 1,3 millones de euros
La Iglesia en Venezuela ha vivido con incertidumbre la formación del nuevo Gobierno en España. «Es un interrogante con cómo podrá influir el cambio en la relación con nuestro país», ha reconocido este martes el cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de Caracas, durante una visita a Madrid. Ante la imposición de nuevas sanciones internacionales, los dirigentes del régimen de Nicolás Maduro «están buscando aliados para conseguir salidas y recursos».
En este contexto, el también arzobispo de Mérida (Venezuela) ha subrayado la necesidad de «exigir verdad y transparencia» a los dirigentes políticos en relación a la visita «un tanto intempestiva de la vicepresidenta del Gobierno» venezolano, Delcy Rodríguez, que ha suscitado una serie de explicaciones contradictorias por parte del Ejecutivo español.
El cardenal, mano derecha del Papa Francisco en el país, ha valorado positivamente la «gran valentía y fortaleza» de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, que en diciembre actualizó su informe sobre Venezuela y ya está preparando una nueva edición, al mismo tiempo que sus colaboradores están intentando abrir una oficina permanente en el país bolivariano.
Porras también ha pedido a la Unión Europea que se apoye el cambio político en Venezuela, pero también «transparencia» y que se ponga fin a la venta de armas a su Gobierno, pues «no son para disparar contra el Imperio sino contra la población».
900 nuevos donantes
El administrador apostólico de Caracas ha visitado Madrid para dar un nuevo impulso a la segunda etapa de la campaña de Ayuda a la Iglesia Necesitada a favor de la Iglesia en Venezuela. Convocada desde Navidad hasta finales de marzo, al pasar su ecuador se han recaudado ya 1,3 millones de euros. Es el fruto de la generosidad de 5.000 donantes, 900 de los cuales han contribuido por primera vez.
El director nacional de ACN, Javier Menéndez Ros, ha compartido esta alegría por la «respuesta entusiasta y generosa de la sociedad española», equiparable a la que se produjo el año pasado a favor de los cristianos de Siria.
Fue el mismo cardenal Porras quien, el año pasado, pidió ayuda a la fundación pontificia ACN para hacer frente a la «crisis verdaderamente dramática» que atraviesa el país. Una situación causada por un lado por «políticas erradas que han acabado con la economía». En Venezuela, el 30 % de los niños sufren problemas de desnutrición y el 60 % de las familias busca a diario comida en la calle.
Al mismo tiempo, «en los últimos años ha crecido enormemente la represión interna», con numerosas «redadas en las zonas populares de Caracas y otras ciudades», desapariciones y muertes.
Como consecuencia, «cerca de cuatro o cinco millones de personas, aunque se habla de más, han dejado el país buscando mejores horizontes», ha explicado . Los que se quedan atrás, sobre todo mayores, quedan terriblemente «huérfanos de afecto». De hecho, ha aumentado el número de suicidios y de enfermedades mentales como la depresión.
La Iglesia, «la institución más creíble»
En medio de esta situación, «la Iglesia católica es la institución más creíble y confiable. No porque seamos los mejores, sino porque no hay otros», medio bromeó el cardenal Porras; y porque las comunidades están «cerca de la gente en sus necesidades». Una presencia que empieza por los mismos fieles, «esas personas sencillas y humildes que dan como la viuda del Evangelio», y que son los que hacen posible que desde hace tres años casi todas las parroquias tengan su olla solidaria semanal o quincenal. «Me siento emocionado de ver esa entrega y presencia sobre todo en los barrios más populares. Allí las religiosas atienden a la gente con una alegría y una entrega que a mí me edifica. Y te piden que no las saques de allí».
No faltan en esta labor —ha reconocido— las cortapisas. Pero la Iglesia no deja de trabajar «con gran prudencia y libertad interior». Y, una vez más, «la propia gente se constituye en nuestra aliada. “Vengan sin miedo, que nosotros lo custodiamos”, nos dicen para visitar barrios populares». Y así se organiza una protección que no consiste en «coches blindados, sino en abuelitas de la Legión de María que están al lado de uno» y echan a los maleantes si se tercia.
Construir el cambio desde abajo
Durante su intervención en la sede de ACN, el administrador apostólico de Caracas se ha hecho eco de una pregunta que oye mucho: «¿Por qué la gente se acostumbra, no protesta, no se levanta?». A lo que ha respondido que «el miedo es libre». «Los cambios verdaderos —ha añadido— se construyen desde abajo», cuando personas con distintas ideas políticas «se unen para encontrar respuesta a problemas que son comunes. Si en mi casa no hay agua no es porque esté a favor o en contra del Gobierno».
Y en este ámbito «cada vez va habiendo más conciencia de que hay que hacer algo», con una «creatividad, constancia y generosidad» que son capaces de superar el acoso del régimen. La meta, ha profundizado el prelado, es hallar «una salida democrática y pacífica, que no sea con un mensaje bélico ni viendo cómo nos eliminamos. Nos necesitamos los unos a los otros».