Polémicas artificiales tras el encuentro del Papa y Díaz

El pasado sábado, el Papa recibió a la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz. En el encuentro, de unos 40 minutos, la también ministra de Trabajo le regaló una estola de plástico reciclado hecha por las carmelitas descalzas y una edición de Follas novas de Rosalía de Castro. Según fuentes gubernamentales, abordaron preocupaciones comunes como la dignidad del trabajo, las migraciones o el cuidado del medio ambiente, y, a buen seguro, trataron otras cuestiones de calado que no han trascendido.

Más allá de las tensiones que parece haber generado dentro del propio Ejecutivo de coalición y de las lecturas sobre si la vicepresidenta quería utilizar el escaparate para una futura candidatura presidencial, no se entienden las polémicas por un encuentro que tiene poco de excepcional. Además de líder religioso –del credo mayoritario en España, por cierto– y de referente moral, el Sucesor de Pedro es jefe de Estado y un actor importante en la política internacional, y autoridades de toda procedencia e ideología quieren reunirse con él. Francisco, por su parte, se caracteriza por escuchar, por buscar puntos de encuentro y restablecer lazos. ¿Acaso no haría lo mismo Jesús?