Pizzaballa sobre las negociaciones entre Israel y Gaza: «Este ya es el último tren»
El patriarca latino de Jerusalén ha sido el primer ponente del Meeting de Rímini
«La guerra terminará. Espero que con las negociaciones en curso se llegue a algo. Tengo algunas dudas. En cualquier caso, es el último tren». Son las palabras del patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, este martes durante la sesión inaugural del Meeting de Rímini. El franciscano ha sido el primer invitado del encuentro que ha dado comienzo con la lectura del mensaje del Papa para el evento y del mensaje del presidente italiano, Sergio Mattarella.
Pizzaballa ha hablado largo y tendido, durante más de una hora, respondiendo a distintas preguntas. Para el patriarca «si ahora no se llega a un alto el fuego será realmente dramático» en alusión a las conversaciones que han tenido lugar en Doha y que se retomarán esta semana en El Cairo. En opinión del cardenal, nos encontramos en un momento crucial, porque las negociaciones pueden dar lugar a una pausa en la guerra, o pueden fracasar y empeorar aún más el conflicto.
Para Pizzaballa, que vive desde hace 35 años en Tierra Santa, «el impacto que esta guerra ha tenido en ambas poblaciones, israelí y palestina, es único y sin precedentes» y no ha hecho más que «exacerbar sentimientos que ya había y que ahora se han convertido en odio, rencor, justicia entendida como venganza, desconfianza profunda y la incapacidad de que uno reconozca la existencia del otro». Por ello, ha destacado que cuando la guerra acabe, el mayor desafío será «sanar esa actitud de desconfianza, de odio y de desprecio profundo» de unos hacia otros y viceversa.
Diálogo religioso en crisis
En ese contexto, el patriarca ha subrayado que los líderes religiosos pueden jugar un papel importante en la reconstrucción de la convivencia porque tienen la responsabilidad «de ayudar a la comunidad a no cerrarse dentro de su propia narrativa, sino a alzar la mirada y mirar al otro para reconocer al otro». Sin embargo, ha reconocido que ahora el diálogo interreligioso es una empresa difícil porque «está en crisis». Ha explicado que, así como es complicado a nivel institucional este diálogo religioso, es imposible que en estos momentos haya diálogo entre cristianos, judíos y musulmanes. Por eso, ha dicho que el diálogo interreligioso del futuro tendrá que implicar a las comunidades de base porque «ninguna religión es una isla».
A nivel político, el cardenal Pizzaballa ha señalado que los cristianos no pueden hacer mucho, entre otras cosas, porque numéricamente son muy inferiores. «Nadie espera que la comunidad cristiana haga algo que resuelva los problemas. Políticamente somos irrelevantes, si puedo decirlo así. Quizá esto haga enfadar a alguno, pero es así. Lo primero que tenemos que hacer es estar allí. No caer en la tentación tener que tener un papel dentro de esta situación, sino ser capaces de sostener a la comunidad, de dar ánimos, de estar presentes. No podemos resolver todos los problemas, pero tenemos que estar», ha insistido.
También los cristianos están llamados a prestar ayuda material en lo posible. Así, el patriarca ha puesto como ejemplo a la parroquia de Gaza. Para Pizzaballa, la parroquia ha podido mantener su actividad porque «no se ha replegado en sí misma esperando a que termine la guerra, sino que trata de ayudar».
Por último, ha explicado lo difícil que es hablar de perdón y de injusticia. Ha dicho que son dos palabras delicadas y que quizá lo que los cristianos puedan aportar ahora es elevar al debate público la posibilidad de perdón y justicia. «Quizá en este momento no se puede hacer» porque «en Tierra Santa la narrativa es la del uno contra el otro, no la de uno al lado del otro».
Antes de concluir su intervención ha condenado el fenómeno del antisemitismo que ha aumentado desde el 7 de octubre. «Es inaceptable y se debe condenar», ha sentenciado. También ha respondido a una última pregunta sobre la situación de los niños en Gaza. Pizzaballa ha destacado que no hay respuesta al sufrimiento de los inocentes. «En la fe podemos solo orientar esta pregunta a Dios», ha concluido.