Pizzaballa: «Llevará tiempo reconstruir estas relaciones profundamente heridas»
Para el patriarca latino de Jerusalén, la violencia demuestra que romper el equilibrio entre palestinos e israelíes en Jerusalén mediante la expansión de estos «no funciona»
El patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, ha subrayado que «hasta que no nos decidamos a afrontar realmente los problemas que afligen» a Tierra Santa «desde hace décadas, me temo que nos veremos obligados a asistir a más violencia y a otras desgracias». En una nota compartida con varios medios de comunicación, advierte de que este estallido, «desgraciadamente» no el primero «y me temo que ni siquiera el último», solo dejará «más escombros, muertes, animadversiones y sentimientos de odio, pero ninguna solución».
El arzobispo de origen italiano subraya que resulta especialmente «preocupante» la violencia en las ciudades mixtas de Israel, con «patrullas organizadas, intentos de linchamiento por parte de ambos bandos, judíos y árabes… una explosión de odio y rechazo al otro que probablemente se venía gestando desde hace tiempo» a causa del «lenguaje político violento, de una cultura y una política de rechazo al otro, de desprecio».
La chispa, en Shekh Jarrah
«La chispa» y «el corazón del problema» se encuentran, de nuevo, en Jerusalén. Pizzaballa se refiere a la batalla jurídica por las casas de varias familias palestinas en el barrio de Shekh Jarrah. El 10 de mayo el Tribunal Supremo debería haber decidido si 58 personas, descendientes de refugiados palestinos desde 1948, deben abandonar sus hogares. Pero fue pospuesto en medio de la escalada de enfrentamientos.
Detrás de esta cuestión, con todo, hay también «una decisión política para una mayor expansión de los asentamientos israelíes en Jerusalén oriental», valora el patriarca. Y ha quedado demostrado que romper el equilibrio entre las dos partes de la ciudad «no funciona».
La solución, apunta, «solo puede ser el resultado del diálogo entre israelíes y palestinos, que deberán hacer suya la vocación abierta, multirreligiosa y multicultural de la ciudad». Lo mismo se puede aplicar al conflicto en su conjunto. Los palestinos llevan «años esperando una solución digna, un futuro sereno y pacífico» que se ve «continuamente aplazado».
Reconstruir las relaciones heridas
El patriarca pronostica que «llevará mucho tiempo reconstruir estas relaciones profundamente heridas». Para ello, «debe devolver al centro de la agenda internacional la cuestión entre Israel y Palestina, que últimamente parecía olvidada y superada».
También será necesario «reconstruir de nuevo las relaciones entre todos nosotros» y combatir el odio, sobre todo en el corazón de los jóvenes. «Debemos asegurarnos de que nadie, ya sea judío o árabe, se sienta rechazado. Tendremos que ser más claros a la hora de denunciar lo que divide». Y, por otro lado, fomentar «una nueva alianza entre personas de buena voluntad» que «sientan al otro como parte de sí mismos y deseen comprometerse a vivir con esta conciencia».
Este propósito implica de forma especial a las iglesias. «No podemos conformarnos con los encuentros interreligiosos por la paz», reconoce. «Tendremos que hacer una opción real para que en nuestras escuelas, en nuestras instituciones, en los medios de comunicación, en la política, en los lugares de culto, resuene el nombre de Dios, del hermano y del compañero de vida».
La Santa Sede no ve condiciones para mediar
El martes, el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, pidió un alto el fuego inmediato en la escalada de violencia entre israelíes y palestinos. Aunque el Papa sigue los acontecimientos con preocupación, Parolin rechazó la posibilidad de que la Santa Sede actúe como mediadora. «Me parece que se ha dicho por parte de algunos que no quieren interferencias. En un sentido técnico quizás no, no creo que se den las condiciones», afirmó al margen de la presentación de un libro dedicado al exdirector del diario vaticano L’Osservatore Romano, Mario Agnes, informa EFE.
«Pero ciertamente tenemos que llevar a cabo cualquier acción que pueda ayudar, en primer lugar, a un alto el fuego, a que se ponga fin a este conflicto, a que podamos llegar a una resolución de acuerdo con la solución de los dos Estados», añadió. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, será recibida el sábado por el Papa en el Vaticano y después conversará con Parolin, que ya ha adelantado que tratará la situación de violencia en Gaza entre los temas.
El pasado domingo, el Papa Francisco pidió el cese de la «terrible e inaceptable» violencia que sacude desde hace días la Franja de Gaza y varias ciudades de Israel, y que ha causado cientos de muertos y heridos «inocentes, entre ellos niños».