Pizzaballa, dispuesto a intercambiarse por los niños secuestrados por Hamás
El patriarca latino de Jerusalén está abierto a ofrecerse como rehén a cambio de los menores israelíes que Hamás secuestró en el ataque del 7 de octubre
«Estoy dispuesto a un intercambio, cualquier cosa si puede conducir a la libertad y devolver a esos niños a su casa», ha afirmado este lunes el cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, en respuesta a la pregunta de una periodista italiana durante un encuentro por videoconferencia en el que ha participado Alfa y Omega. Durante la conversación, el recientemente creado cardenal se ha mostrado abierto a ofrecerse a cambio de los menores israelíes que Hamás secuestró en el ataque del 7 de octubre.
Pizzaballa ha revelado también los esfuerzos de la Santa Sede para negociar y su «disponibilidad para intentar recuperar a los rehenes». A su juicio, esa a la mejor apuesta para «desbloquear la situación». «Hay que intentarlo por todos los medios porque es un gesto que podría cambiar el desarrollo» del estallido de violencia entre los terroristas de Hamás y el Estado de Israel. «Si no, será muy difícil detener esto», ha opinado el italiano.
El patriarca latino de Jerusalén ha confesado que, desde la Iglesia católica en Tierra Santa, «estamos dispuestos a todo lo que pueda devolver la calma a esta escalada». Aunque con una línea roja clarísima: «Quiero ser claro, no habrá ninguna justificación a lo que ha hecho Hamás». Desde la condena, «estamos buscando un canal de comunicación». Algo «muy difícil porque para mediar hay que tener interlocutores y ahora mismo con Hamás no se puede hablar».
En su encuentro con periodistas, Pizzaballa ha informado también, aunque desde la prudencia, de que «de los 500 cristianos de todas confesiones en Gaza, todos están bien y ninguno ha muerto, aunque están pasando muchas dificultades». Ha contado cómo desde el Patriarcado «estamos buscando ayuda humanitaria que haga llegar los bienes necesarios, comida y agua». Y ha advertido sobre el peligro de regionalización del conflicto, lo que podría implicar no solo a Gaza sino también a Cisjordania, Líbano «y todo el mundo islámico». Aunque ha recordado que el conflicto no es exclusivamente local, por la implicación de Irán, China, Egipto y Estados Unidos.