Pizzaballa celebra la liberación de los rehenes pero reconoce que ahora los dos pueblos no pueden convivir
El patriarca de Jerusalén asegura que es necesario «arrancar las raíces de la ideología de Hamás»
13 rehenes israelíes y diez procedentes de Tailandia, además de un ciudadano filipino, disfrutan ya de su libertad tras 49 días secuestrados en manos de Hamás en la Franja de Gaza. El patriarca de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, celebra esta liberación como una señal positiva de que la negociación puede conducir a más logros que las soluciones militares para poner fin al conflicto.
En una entrevista a los medios vaticanos, el jefe de la Iglesia católica en Tierra Santa asegura que este gesto «es un primer paso para aliviar la tensión tanto interna como internacional». Pizzaballa rechaza que la negociación se pueda considerar como una derrota porque, a su juicio, la resolución del conflicto «no podrá ser una victoria absoluta» para ninguna de las partes.
Al mismo tiempo, reitera que será necesario ofrecer a Gaza «una perspectiva política clara de futuro» una vez se destierre a Hamás de la Franja. Respecto a este grupo, Pizzaballa indica que es necesario examinar las causas que han alumbrado una realidad como Hamás y que requerirá tiempo eliminar todo lo que alimenta esa ideología. «Hay que extirpar las raíces. Es inútil cortar las ramas, porque pueden volver a brotar. En primer lugar, hay que dar una perspectiva a los palestinos. Yo ya lo he dicho y sé que a mucha gente no le ha gustado, pero hay que dar a los palestinos una perspectiva nacional que todavía no tienen», afirma. También recuerda que la ideología de Hamás tiene una base religiosa y, por tanto, para prevenir este tipo de mentalidad es fundamental el diálogo interreligioso y «alimentar un discurso religioso que no esté centrado en el odio».
Ambos pueblos no pueden convivir
El patriarca también lamenta que la guerra sea «una muestra muy clara de que los dos pueblos no pueden convivir, al menos no en este momento». Por último, insiste en que es necesaria la ayuda humanitaria para la Franja de Gaza y pide que no se fomente la polarización. «He visto que hay fuertes divisiones en el mundo, unos contra otros. Casi parece que sea imposible querer a ambos. Creo que es importante, como cristianos, ser claros también en nuestro discurso, sin ser excluyentes. Llamar a las cosas por su nombre y, al mismo tiempo, intentar mantener relaciones abiertas con todos y decir a todos, a los unos y a los otros, que los queremos», concluye el patriarca.