Pilar Lizarraga: «Yo respeto a todos y me gustaría que todos me respetaran a mí»
Pilar acaba de participar como voluntaria en la Gran Recogida de Alimentos de la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) junto a sus compañeros de clase. La experiencia le ha gustado tanto que quiere repetir. Pero no es la primera vez que ayuda a los demás. En casa saca la basura, recoge los platos del lavavajillas o, si ve cansada a su madre, le pregunta si quiere un refresco. Es una hija modelo que solo quiere parecerse a «mi padre Dios», que «es perfecto», y que la gente la respete tal y como es
Las personas con síndrome de Down están viviendo un auténtico genocidio. Hay países, como Islandia, donde casi no existe gente con esta alteración cromosómica. Sencillamente los matan. En otros, como Reino Unido, han decidido acelerar el exterminio. El Tribunal de Apelación británico confirmó hace una semana la legalidad de abortar a los niños con un cromosoma extra incluso hasta el momento del parto.
Frente a la barbarie, esta contraportada quiere reivindicar el derecho a la vida de las personas con este síndrome, y también su derecho a expresarse libremente. Cuando pongo la grabadora delante, Pilar me cuenta que es la pequeña de una familia numerosa; que le encanta Hakuna —incluso nos arrancamos a cantar durante la entrevista su canción Huracán—, y que estudia para poder trabajar algún día en una oficina. Se le da bien imprimir. Su gran pasión, sin embargo, es la cocina y, su plato estrella, la tortilla de patatas, a la que le pone mayonesa «y también cebolla», zanja.
El mismo día que el tribunal del Reino Unido dictaba resolución, Pilar estaba con sus compañeros del colegio de educación especial María Corredentora —en un programa profesional en Servicios Administrativos en el colegio Claret gracias a un proyecto de innovación de ambos centros— recogiendo comida junto a la Federación Española de Bancos de Alimentos.
¿Qué habéis hecho durante la Gran Recogida de Alimentos?
Ha sido bonito. Hemos hablado con las personas. Les decíamos: «Estamos recogiendo alimentos, ¿estáis interesados?». Algunos ponían caras rara, pero había gente a la que le parecía bien y nos ayudaba. Llenamos toda la caja. Me ha gustado muchísimo.
¿Es la primera vez que ayudas a los demás?
No. Yo siempre ayudo a los demás. Saco la basura y recojo el lavavajillas. Muchas veces, le pregunto a mi mamá: «¿Quieres un refresco?», y se lo preparo yo. También hablo con mis amigos Victoria, Ignacio, Álex…
¿En España sabemos acoger a los que son diferentes a nosotros?
Yo creo que no. Yo siempre acojo a todo el mundo y respeto a las personas. Me gustaría que todo el mundo me respetara a mí. Hay gente que no me respeta. ¿Quién soy yo? Yo soy una persona que quiere a Jesús, a Dios; quiero ser como Él. Pero hay gente que me rechaza porque quiero estar cerca de Dios. Yo rezo por ellos.
¿Qué te gustaría ser de mayor?
Me gustaría ser cocinera. Me gusta muchísimo cocinar. A veces mis padres me dejan cocinar. Lo que más me gusta es la tortilla de patatas con mayonesa. Y le echo cebolla.
Me han chivado que, además de la tortilla, te gusta Hakuna.
Sí, muchísimo, porque somos como una gran familia. He rezado con ellos en una hora santa y he ido al concierto. La canción que más me gusta es Huracán. Cuando era más pequeña, mis padres me llevaron a una iglesia y me hice pringada [término con el que se definen los miembros de esta fundación]. Soy pringada porque siempre ayudo a los demás. Somos muchos y siempre rezamos por todos.
¿Quién es Jesús para ti?
Es una persona como nosotros, porque ha nacido después del embarazo de la Virgen María. Jesús es el más importante, porque es nuestro Padre, es nuestro Señor.
Jesús dice que «quien no se hace como un niño no entrará en el Reino de los cielos». ¿Qué te gustaría cambiar de la sociedad?
Me gustaría no tener síndrome de Down. Hay gente que dice que no quieren ser como yo. Solo soy una persona mona, responsable. Me encanta hacer todo perfecto como mi Padre, Dios, es perfecto.