Pierbattista Pizzaballa pide ayuda todas las diócesis para la paz en Tierra Santa
En una carta, el patriarca latino de Jerusalén pide el fin de «decenios de ocupación» israelí como requisito para que «el pueblo palestino puede iniciar un proceso de paz serio»
«Mi conciencia y mi deber moral me obligan a declarar que lo que ocurrió el 7 de octubre en el sur de Israel no es en modo alguno admisible y no podemos dejar de condenarlo. No hay razón para semejante atrocidad», ha dicho Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, al inicio de una carta que ha dirigido el 24 de octubre a todas las diócesis del mundo.
El recientemente creado cardenal ha comenzado su misiva censurando los ataques terroristas y secuestros de Hamás. «Estamos atravesando uno de los períodos más difíciles y dolorosos de nuestra historia reciente», ha considerado. «Desde hace más de dos semanas, nos inundan imágenes de horror que han despertado antiguos traumas, abierto nuevas heridas y hecho estallar el dolor, la frustración y la rabia dentro de todos nosotros», ha añadido el italiano.
Mientras mantiene su condena a Hamás, Pizzaballa ha denunciado asimismo las violaciones de Derechos Humanos cometidas por el Estado de Israel. «La misma conciencia, con un gran peso en mi corazón, me lleva hoy a afirmar con la misma claridad que este nuevo ciclo de violencia ha provocado más de cinco mil muertes en Gaza, entre ellas las de muchas mujeres y niños», ha señalado en referencia a la respuesta del ejército israelí. «Los continuos e intensos bombardeos que han estado golpeando Gaza durante días solo causarán muerte y destrucción y no harán más que aumentar el odio y el resentimiento, no resolverán ningún problema, sino que crearán otros nuevos», ha advertido «Es hora de detener esta guerra, esta violencia sin sentido», ha pedido además el cardenal.
Pide el fin de la ocupación
En su carta a todas las diócesis del mundo, Pierbattista Pizzaballa ha pedido el abandono de los asentamientos de colonos israelíes en Palestina. «Sólo si se pone fin a decenios de ocupación y se da una perspectiva nacional clara y segura al pueblo palestino se puede iniciar un proceso de paz serio», ha diagnosticado. «Si este problema no se resuelve de raíz, nunca habrá la estabilidad que todos queremos», ha advertido también. Y ha demandado compromiso más fuertes de autoridades religiosas, políticos, sociedad civil y comunidad internacional: «Solo así podremos evitar más tragedias como la que estamos viviendo ahora, se lo debemos a las muchas víctimas de estos días y de todos estos años y no tenemos derecho a dejar esta tarea a otros».
Como líder espiritual, Pizzaballa ha recordado a los cristianos la necesidad «en este tiempo tan doloroso» de «volver la mirada hacia arriba» y «el pensamiento a Dios». «Necesitamos una Palabra que nos acompañe, nos consuele y nos anime, la necesitamos como el aire que respiramos», ha sostenido el cardenal. También ha invitado a los creyentes a sumarse a la jornada de ayuno y oración convocada por el Papa para el 27 de octubre: «Es quizás lo principal que podemos hacer los cristianos en este momento: orar, hacer penitencia e interceder».
«El coraje del amor»
El patriarca latino de Jerusalén ha pedido hacer un esfuerzo del corazón por la paz para frenar en seco las dinámicas de guerra. «Tener el coraje del amor y de la paz significa no permitir que el odio, la venganza, la ira y el dolor ocupen todo el espacio de nuestro corazón, de nuestros discursos, de nuestro pensamiento», ha señalado. Un compromiso perfectamente compatible con «ser capaces de afirmar y denunciar la dolorosa verdad de injusticia y maldad que nos rodea», pero con un matiz, que la condena no «contamine nuestras relaciones». Al contrario, adoptar la actitud que ha propuesto significaría «comprometerse y estar convencido de que vale la pena hacer todo lo posible por la paz, la justicia, la igualdad y la reconciliación». «Nuestro discurso no debe estar lleno de muerte y puertas cerradas», ha advertido Pizzaballa, sino que «nuestras palabras deben ser creativas, dar vida, crear perspectivas y abrir horizontes».
Reza por la comunidad de Gaza
Pierbattista Pizzaballa ha asegurado en su carta oraciones «por todos nosotros y especialmente por la pequeña comunidad de Gaza, que es la que más sufre». «Nuestro pensamiento se dirige a los 18 hermanos y hermanas que han fallecido recientemente, así como a sus familias que conocemos personalmente», ha dicho haciendo referencia a los palestinos que se refugiaban de las bombas en un edificio anexo a la iglesia ortodoxa griega de San Porfirio y murieron sepultados por los escombros cuando un misil israelí derrumbó uno de sus muros. «Su dolor es grande y, sin embargo, cada día me doy más cuenta de que están en paz», ha dicho el cardenal.
Finalmente, el patriarca latino de Jerusalén ha recordado que se acerca la fiesta de «la Reina de Palestina, patrona de nuestra diócesis», que se celebra cada 25 de octubre. «En esos días volveremos a consagrar nuestra Iglesia y nuestra tierra a la Reina de Palestina», ha deseado Pizzaballa, quien ha pedido «todas las iglesias del mundo que se unan al Santo Padre y a nosotros en la oración y en la búsqueda de la justicia y la paz».