Permaneced en mi amor para que vuestra alegría llegue a plenitud - Alfa y Omega

Permaneced en mi amor para que vuestra alegría llegue a plenitud

Jueves. San Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia / Juan 15, 9-11

Carlos Pérez Laporta
Ilustración: Freepik.

Evangelio: Juan 15, 9-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.

Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».

Comentario

El amor que Cristo nos ha tenido es el mismo Amor con el que el Padre le ha amado: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo». No hay otro amor distinto: el Amor es sólo uno, con el que Dios ama al Hijo y con el que el hijo sostiene la creación y se entrega por nosotros. Ese único Amor es la medida de toda la realidad. También a nosotros nos mesura: existimos por ese Amor; es lo único que hace posible la vida. Por eso, permanecer el amor coincide con seguir los mandamientos: «permaneced en mi amor».

Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor».

Es posible huir de ese Amor, y deleitarse de otra forma de la propia vida y de la realidad. Pero entonces hay algo de nosotros mismos y de la vida que nos perdemos. La única posibilidad de disfrutar la vida por completo es vivirla según el Amor de Dios, amando a Dios en y sobre todas las cosas: «os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».