Pérez Esquivel: «Angelelli y el Papa Francisco son ante todo pastores que están primero con el evangelio y contra las injusticias»
El premio Nobel de la Paz argentino participó en una Misa «villera» de acción de gracias por la beatificación del obispo y sus tres colaboradores asesinados por la dictadura militar argentina
«Mártires que dieron su vida por la Iglesia y la patria». Ese fue el lema de convocatoria a la Misa y festival de música, en el partido bonaerense de San Martín, por la beatificación del obispo Enrique Angelelli, el diocesano Gabriel Longueville, el religioso franciscano Carlos de Dios Murias y el laico miembro de la Acción Católica Argentina y padre de familia, Wenceslao Pedernera, asesinados en 1976 por la dictadura militar argentina.
La beatificación es un paso previo a la santificación y fue el Papa Francisco quien, tras convertirlos en beatos, estableció el 27 de abril como su fiesta litúrgica.
Aquellos que, desde la capital, no pudieron viajar a la ceremonia en La Rioja, no se quedaron de brazos cruzados. En el partido bonaerense de San Martín, el equipo de curas villeros de esta localidad unidos al intendente, Gabriel Katopodis, organizaron toda una jornada de memoria, bajo el puente en el centro comercial de José León Suárez, pegado a la estación de tren que lleva ese nombre.
Primero los curas villeros, encabezados por el padre Pepe Di Paola y desde el escenario el cura Eduardo Drabble, hicieron la bendición de los murales creados en las paredes y columnas del puente llamado «paseo de los santos riojanos», donde miles de trabajadores pasan diariamente al bajar del tren o de colectivos para dirigirse a los barrios populares de San Martín.
Luego desde el escenario, ante una multitud, el padre Pepe hizo subir para la Misa al premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, y al presbítero y biblista evangélico, Marcelo Figueroa.
Antes de iniciar la Misa recordó e invitó Pepe Di Paola a la celebración eucarística en el Día del Trabajador en la Iglesia San Cayetano, del barrio porteño de Liniers, donde los curas villeros pedirán por el trabajo.
«El Papa Francisco nos señala con esta beatificación la Iglesia del compromiso que debemos imitar. No es solo que debemos recordarlo ahora es para imitarlo. Y si uno observa la beatificación es para las cuatro vocaciones que llama nuestra Iglesia, que es el obispo, el cura, el diacono y el laico», aseguró el sacerdote Di Paola, quien fuera referente de los curas villeros porteños cuando Jorge Bergoglio era cardenal.
Luego tomó la palabra Pérez Esquivel, quien trabó amistad con el obispo Angelelli a quien definió «ante todo un pastor, como Oscar Romero del Salvador, hoy santo, a quien también conocí y hablé por teléfono dos días antes que fuera asesinado». Y agregó que «Angelelli y el Papa Francisco son ante todo pastores que están primero con el evangelio y contra las injusticias. Por eso este es un reconocimiento a los argentinos que nos ilumina y nos llena de esperanzas porque los mártires no mueren son semillas de vida».
Para el líder evangélico, celebrar la Misa por los mártires «es un ecumenismo en la sangre, como viene diciendo el Papa Francisco, de ello nos habla el Papa y por los mártires es que nos sentimos unidos en el día de hoy, en la localidad donde nací, viví y seguramente parta».
El rol de los sindicatos y organizaciones sociales fue destacado en la previa, para la convocatoria, como en la presencia a lo largo de toda la jornada de homenaje a los mártires.
Entre ellos se encontraba la Multisectorial 21 F de San Martín y la presencia de su coordinador nacional y titular de la Alameda, Gustavo Vera, quien estuvo a la largo de la jornada en diálogo no solo con sacerdotes, militantes gremiales y sociales, también con el ex ministro de Justicia y Seguridad nacional hoy miembro del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), Gustavo Beliz.
El festival tuvo folckore, cumbia y cerró con el cura rockero, César Scicchitano Tagle, que estrenó un tema dedicado a los mártires titulado «pastores con olor a pueblo».