La tecnología digital amenaza con crear más desigualdad «política»

Paul Tighe: La tecnología digital amenaza con crear más desigualdad «política»

La Fundación Pablo VI presentó el jueves las conclusiones del seminario permanente La huella digital, ¿servidumbre o servicio?

María Martínez López
Un momento del acto de clausura. Foto: Fundación Pablo VI

El secretario del Pontificio Consejo para la Cultura, Paul Tighe, propuso este jueves que los formularios de consentimiento informado para la recopilación de datos de los usuarios de nuevas tecnologías se asemejen más a los de consentimiento médico. Durante el acto de clausura y presentación de conclusiones del seminario permanente La huella digital, ¿servidumbre o servicio?, de la Fundación Pablo VI, Tighe apuntó que el contenido de estos formularios es uno de los principales retos sobre los que hay que trabajar.

Más que una «protección para la empresa», estos deben considerarse como una «fuente de información» para el usuario, que le ofrezca «un conocimiento verdadero y libre» sobre el destino que se va a dar a la información a la que otorgue acceso. «En este sentido, podemos aprender mucho de lo que ha ocurrido en los consentimientos médicos», sugirió.

Tighe subrayó, en una reflexión más amplia, el peligro de que las nuevas tecnologías digitales incrementen «los problemas existentes en materia de desigualdad». Una señal de alerta sobre este riesgo es lo ocurrido durante la pandemia, durante la que se ha constatado «un mayor enriquecimiento de unas pocas elites». Pero la desigualdad, matizó, no implica solo disparidades materiales o financieras. Un acceso asimétrico a las nuevas tecnologías puede dar lugar también a «crecientes diferencias en términos de influencia política, tanto nacional como internacional».

Diálogo inclusivo y lenguaje común

A la hora de hacer frente a estas amenazas, el secretario del Pontificio Consejo para la Cultura alabó las amplias conclusiones del seminario permanente sobre huella digital de la Fundación Pablo VI, «una documentación muy valiosa al servicio de la sociedad». Sus recomendaciones a los representantes políticos, a las empresas e instituciones y a las organizaciones educativas, pronosticó convencido, «contribuirán de forma significativa a los esfuerzos que está realizando la sociedad en diferentes foros para que las nuevas tecnologías sirvan realmente para crear un entorno más humano para todos».

En este sentido, Tighe animó a seguir fomentando «el diálogo como elemento facilitador». Este debe recoger «las reivindicaciones de todos los grupos de interés» (tecnólogos, economistas, filósofos y educadores, entre otros muchos), «y no solo de unos pocos». Hace falta asimismo «establecer y promover un lenguaje común» fruto de ese diálogo, que «permita construir puentes de unión entre distintos ámbitos». Y, sobre todo, abordar los nuevos desarrollos tecnológicos desde «las cuestiones humanas más fundamentales, como, por ejemplo, qué tipo de futuro queremos o cómo podemos vivir juntos en paz y con justicia para todos».

El acto arrancó con la presentación, por parte de Domingo Sugranyes, director del seminario permanente, de las conclusiones y recomendaciones surgidas a raíz de las doce sesiones del mismo, celebradas entre enero de 2020 y mayo de 2021. A continuación, tuvo lugar una mesa redonda en la que participaron la filósofa Victoria Camps, consejera Permanente de Estado; el exrector de la Universidad Pontificia Comillas, Julio Martínez; el profesor del IESE José Manuel González Páramo; y el vicepresidente de Mapfre, José Manuel Inchausti.