Paul Hinder: «Tradicionalmente Baréin ha sido un país muy abierto»
El administrador del Vicariato Apostólico de Arabia del Norte analiza la próxima visita del Papa. «Ha visto la posibilidad de encontrar un terreno común» con los musulmanes «conservando nuestra identidad»
El responsable de la Iglesia católica en Baréin espera que durante su visita al país la semana que viene, el Papa Francisco llevará un mensaje de agradecimiento a las autoridades «por dar a los cristianos un espacio de libertad de expresión para practicar su fe». Paul Hinder, administrador del Vicariato Apostólico del Norte de Arabia, ha participado este martes en un encuentro con periodistas organizado por Ayuda a la Iglesia Necesitada.
En este país, los cristianos pueden vivir su fe con bastante libertad. «En ese aspecto no tenemos apenas problemas», ha asegurado. «Tradicionalmente, Baréin ha sido muy abierto», desde la época de los primeros misioneros. De hecho, la nueva catedral de Nuestra Señora de Arabia, inaugurada en diciembre del año pasado, se construyó en un territorio donado por el rey Hamad ben Isa al Jalifa.
En su visita, el Santo Padre se encontrará con una comunidad vibrante. Como ocurre en toda la Península Arábiga, la inmensa mayoría de los 80.000 católicos del país pertenecen a las comunidades de inmigrantes —sobre todo indios, esrilanqueses y filipinos— que componen más de la mitad de la población del país. Aunque también es de los pocos países del Golfo con un pequeño grupo de fieles nativos: cerca de un millar de árabes cristianos, descendientes de migrantes llegados de Oriente Medio a mediados del siglo XX y que son ciudadanos de pleno derecho.
«Parte de la belleza de nuestro ministerio aquí es tener que trabajar con cristianos activos», que llenan las iglesias. «Por ejemplo, cada día de la tradicional novena de Navidad de los filipinos, vienen a Misa 30.000 personas», ha subrayado Hinder con admiración. Su presencia supone un apoyo también para los cristianos de la vecina Arabia Saudita, que se enfrentan a muchas más limitaciones para vivir su fe. Por ejemplo, se espera que unos 2.000 cristianos procedentes de Arabia se sumen a los actos con el Pontífice; sobre todo a la Misa en el estadio nacional.
Cada vez menos trabajo
El administrador apostólico cree que el Papa disfrutará del encuentro con esta comunidad. Recibirle también será un consuelo para ellos. Aunque no encuentran muchas restricciones para vivir la fe, sí sufren otro tipo de problemas, sobre todo sociales y económicos.
Debido a la pandemia y a una creciente apuesta por «priorizar el dar trabajo a los locales», «muchas personas han perdido su trabajo». La situación de las familias es cada vez más insegura. No siendo ciudadanos, «al perder su trabajo tienen que dejar el país», lo que también impacta en la vida de la Iglesia. Que los feligreses sean casi en su mayoría migrantes supone además otros desafíos, como la atención pastoral a las familias separadas.
Ante las preguntas de los periodistas, Hinder ha explicado que, en comparación con países como Catar, duramente criticado por las condiciones laborales de los trabajadores que preparan el próximo Mundial de fútbol, «en Baréin el desarrollo ha sido más orgánico» y equilibrado. «Hay mejoras» en este ámbito, aunque también aspectos que mejorar.
En este como en otros casos, la Iglesia ayuda a los trabajadores que lo necesitan forma individual, mediante la «solidaridad dentro de su propia comunidad». Pero no tiene los medios ni la voluntad de poner en marcha grandes proyectos. Prefiere afrontar los desafíos de forma más diplomática.
Foro de Diálogo
Otro aspecto fundamental de la visita del Santo Padre, y de hecho el desencadenante de la invitación, es su participación en el Foro de Baréin para el Diálogo. «Hay una especie de continuidad» en los viajes del Papa a países de mayoría musulmana —el último, hace unas semanas, a Kazajistán—, ha subrayado el administrador apostólico. «Siempre están orientados en la misma dirección: encontrar plataformas en las que podamos formar comunidades positivas y constructivas y contribuir a salvar el mundo, manteniendo las diferencias en nuestra fe».
Con los musulmanes, ha explicado, «el diálogo a nivel intelectual o teológico no es fácil». Es complejo encontrar «un lenguaje común» en el que ambas partes no comprendan una única palabra con matices diferentes, dando lugar a malos entendidos.
Esta aspiración por «crear una base común sin renunciar a nuestra identidad» era uno de los puntos clave del Documento sobre la fraternidad humana, ha asegurado. «Nosotros queremos seguir siendo cristianos, y los musulmanes quieren seguir siendo musulmanes». Pero el Papa «ha visto que existe la posibilidad de encontrar un terreno común» como creyentes en el único Dios, «conservando nuestra identidad», mientras «abordamos cuestiones vitales para la humanidad».
Puente en la región
Hinder cree que otro de los mensajes que lanzará el Papa será «animar al rey a seguir siendo un país pequeño pero que construya puentes en la región». Por ejemplo, por su ubicación geográfica y por el hecho de que dos tercios de sus habitantes son musulmanes chiitas, entre Arabia Saudita e Irán, las dos grandes potencias de Oriente Medio. Cree que habrá participación de líderes sauditas en el Foro de Diálogo, ya que «en Arabia Saudita se están dando procesos» que hacen que les interese «estar en contacto con otros».
¿Y hablará Francisco de la guerra en Yemen? «No estoy seguro», ha reconocido. «Quizá indirectamente cuando hable con las autoridades, puesto que Baréin estaba en la alianza liderada por Arabia Saudita» que combate contra los rebeldes hutíes.