Reservado el lugar estelar para La Voz en la noche de los viernes, Antena 3 ha decidido apostar fuerte por la de los sábados y entregarnos una versión XL de Password, un concurso en el que (mal empezamos) uno de los principales alicientes es ver cómo se desenvuelve la presentadora. Es evidente que Cristina Pedroche tiene su público. Mucho en la noche más vieja del año y no tanto en este concurso resultón, que consiste en colocar a dos concursantes anónimos junto a dos rostros conocidos para tratar de que adivinen una palabra diciendo otra que, lógicamente, la defina, o que incluso se le parezca fonéticamente, sin llegar a desvelarla. Por ejemplo, si en el sobre aparece la palabra «Dios» (los espectadores somos casi en todo momento omniscientes), el concursante hará bien en decir algo así como «Todopoderoso», y si aparece «demonio», tal vez con decir «Lucifer» su espabilado compañero de mesa tenga bastante para llevarse los puntos. Las rondas van acumulándose; alguno, de vez en cuando, gana el premio mayor de 10.000 euros; el plató se llena de confeti y la gracia del programa se sostiene sobre los populares rostros a los que se pone a prueba para que acompañen a los concursantes. Dos magos como, por ejemplo, Jandro y Jorge Blass te arreglan una noche.
Es una idea sencilla que han intentado reflotar tras el verano, después de años sin emitirse tras su pasada aventura en Cuatro. Es también, lamentablemente, un programa que se hace demasiado largo, conducido por una presentadora que no acaba de encajar del todo, tampoco en este formato. Los datos de audiencia comenzaron siendo discretos y van de mal en peor. Si la cosa sigue así, para Reyes nos vamos a tener que pedir el Password, pero como juego de mesa. No sería mala opción. El juego bien podría salvarnos una noche de esas en las que casi es mejor no encender la tele.