Parolin: «No podemos permitir que la vida y el futuro de alguien sean decididos por un algoritmo»
Tras pronunciar un discurso en la Universidad Pontificia Gregoriana, interpelado por los periodistas ha dicho que espera que Trump «pueda ser realmente un elemento de distensión y pacificación en los actuales conflictos que ensangrientan el mundo»
La Santa Sede es uno de los mediadores diplomáticos más influyentes en las guerras. Por ello, su compromiso internacional para que se prohíba el uso de las armas autónomas o robots asesinos, que operan sin la mediación humana en los conflictos bélicos, es inconmensurable. El cardenal Secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, ha alertado una vez más del peligro de ceder a las máquinas el gobierno de los ataques a seres humanos. Es primordial que el hombre «siga siendo quien determine su uso, como responsable último, como garante de los límites necesarios». «No podemos permitir que la vida y el futuro de alguien sean decididos por un algoritmo», ha señalado durante su intervención esta mañana en la Pontificia Universidad Gregoriana que junto a la embajada de Suiza ha organizado un congreso interesante con el título #TheSpiritofGeneva: The Impact of AI on International Humanitarian Law.
La cita académica se enmarca en el 75 aniversario de la adopción en Ginebra de la Convención del Estatuto de los Refugiados y del funcionamiento del Alto Comisionado para los Refugiados. Ambos nacieron para dar solución a los desplazamientos forzados por la II Guerra Mundial y crearon un entramado normativo y operativo que blindó el derecho al asilo como derecho humano fundamental.
De este modo, ha criticado que la inteligencia artificial utilizada en el contexto de un conflicto armado pueda poner en peligro «la protección de quienes no participan en la hostilidad», así como crear «sufrimientos innecesarios». Por ello ha recordado que «la conciencia» es el elemento que distingue al hombre de las máquinas y «que le permite tomar decisiones moralmente responsables».
«Como nos recuerda el Papa Francisco, ninguna máquina debería elegir jamás quitar la vida a un ser humano», ha añadido. Así, Parolin ha asegurado que la Santa Sede está abonando el terreno en la comunidad internacional para lograr negociar «un instrumento jurídicamente vinculante» que prohíba las armas autónomas. Se trata de un objetivo que también han reiterado otras organizaciones internacionales como la ONU.
«Es esencial que la legislación para prevenir sus consecuencias negativas no se retrase más», ha señalado Parolin.
El encuentro en el que han participado numerosos expertos sobre el papel de las nuevas tecnologías en los conflictos armados también ha abordado las oportunidades que puede ofrecer la IA para la protección de la sociedad civil.
Trump, pacificador de las guerras
A la salida del encuentro Parolin ha sido interpelado por la prensa por la frase pronunciada por el futuro presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que tras su victoria dijo: «No empezaré guerras sino que las pararé».
«Esperemos que así sea», ha destacado Parolin, que, sin embargo, ha asegurado que ni siquiera él «tiene una varita mágica».
Para acabar con las guerras «hace falta mucha humildad, mucha voluntad, hace falta realmente buscar los intereses generales de la humanidad, en lugar de centrarse en los intereses particulares».
Además ha deseado que gobierne, ante todo, con «mucha sabiduría», la principal virtud que deben tener los gobernantes, según la Biblia.
«Creo que tiene que trabajar, sobre todo, para ser presidente de todo el país, para superar así la polarización que se ha producido, que se ha dejado sentir de forma muy clara en este tiempo», ha insistido Parolin, tal y como ha reportado el portal de noticias Vatican News.
Además también ha insistido en que lleve a cabo una «política sensata» hacia los inmigrantes durante su segundo mandato al frente de la Casa Blanca.
Hace cuatro semanas, en un acto de campaña en Colorado, Trump citó la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 y prometió la mayor deportación masiva de inmigrantes ilegales latinoamericanos. Frente a esta promesa, Parolin ha reiterado que la posición del Papa y de la Santa Sede es «a favor de una política prudente hacia los migrantes y, por tanto, que no llegue a estos extremos». «El Papa ha dado indicaciones muy precisas, muy claras, sobre esta cuestión. Creo que es la única manera de abordar el problema y resolverlo de forma humana», ha señalado.
La defensa de la vida, un tema que une
Del mismo modo, ha defendido que las relaciones entre la Santa Sede y la nueva administración estadounidense continuarán como hasta ahora. «Hay elementos que nos acercan y elementos que quizás nos diferencian, que nos distancian. Esta será una oportunidad para ejercer el diálogo y tratar de encontrar juntos nuevos puntos de consenso, siempre en beneficio del bien común y de la paz mundial».
Parolin ha reconocido que una de las cuestiones que unen a la Santa Sede con Trump es la defensa de la vida. En todo caso, ha instado a buscar una política «común», que busque «consensos» y no se convierta de nuevo «en una política de polarización y división».
Preguntado por las relaciones con China, Parolin ha asegurado que la renovación del acuerdo durante otros cuatro años es una señal positiva del «avance». «El diálogo continúa, a pequeños pasos pero continúa», ha insistido.
En cualquier caso, ha reiterado que el «interés» de la Santa Sede en China «es esencialmente eclesial».