Para vivir el Año de la fe - Alfa y Omega

Para vivir el Año de la fe

En entrevista a Javier Alonso, en la cadena COPE, el cardenal Rouco habla de la CI Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, que se celebra esta semana, y del paro:

Javier Alonso Sandoica
El cardenal Rouco, al inicio de la Asamblea Plenaria del Episcopado español
El cardenal Rouco, al inicio de la Asamblea Plenaria del Episcopado español.

Ha comenzado la Plenaria de la Conferencia Episcopal, con muchos asuntos a tratar.
La gente oye hablar mucho de la Conferencia Episcopal Española, pero probablemente no sabe que las Conferencias Episcopales, tal como están configuradas ahora, son un fruto del Concilio Vaticano II. No nacieron como una novedad radical, sino que responden a esa noción de episcopado que llamamos colegialidad; y una traducción de esa dimensión del ministerio episcopal es vivirlo dentro de un colegio jerárquicamente estructurado, que tiene como cabeza al Papa, el obispo de Roma. Están pensadas para que los obispos de ese ámbito territorial, cultural y espiritual puedan regir sus diócesis con un espíritu de fraternidad y de comunión. Es verdad que las Conferencias Episcopales no constituyen, por sí mismas, una autoridad por encima de cada obispo en su diócesis, pero sí tienen una autoridad moral, fruto de la conversación y el acuerdo coordinado entre los obispos; esa autoridad moral se pone de manifiesto, sobre todo, en documentos de carácter doctrinal, o Exhortaciones pastorales, que son los que conoce más la opinión pública.

La nueva evangelización nos coge en tiempo de Pascua…
La nueva evangelización, así nos lo dijo el Papa Benedicto XVI, es la mejor manera de celebrar el Año de la fe. Evangelizar es comunicar la fe y ser instrumento de la gracia de la fe, de la expresión y del testimonio sacramental de la fe y, naturalmente, de la respuesta del hombre a esa invitación. Todo cristiano tiene el deber en la caridad de comunicar la fe a sus hermanos, en la medida en que pueda hacerlo, que es normalmente más de lo que se piensa y de lo que se hace. En ello estamos; la Conferencia Episcopal tiene también su plan para la nueva evangelización en los meses que vienen. Vendrá la aprobación del segundo Catecismo para preadolescentes; luego, todo lo que tiene que ver con los libros litúrgicos; y, sobre todo, la gran celebración de la beatificación de un nuevo grupo de mártires españoles, en Tarragona, el 13 de octubre de este año. El mártir es el testigo culminante de la fe, y de un acto de caridad supremo. La doctrina de la Iglesia enseña que uno que muere mártir vive su paso de la muerte a la vida como un paso a la gloria del cielo, a vivir en la gloria del Padre, en comunión con el Hijo y el Espíritu Santo; son los que llegan al cielo con las túnicas blancas lavadas en la sangre del Cordero. Eso lo vamos a subrayar y cuidar mucho en la celebración de octubre, y esperamos la participación de todos los fieles de la Iglesia en España, aunque sea por el camino de la oración y de la comunión espiritual con todos los que estaremos allí. Naturalmente, nos preocupa también todo lo que tiene que ver con la situación económica, social y moral de España, y hablaremos de ello en el seno de la Asamblea de la Conferencia Episcopal.

Se ha celebrado también en Madrid la Campaña contra el Paro. El año pasado, Cáritas Madrid atendió a más de 13.700 personas en paro.
El problema del paro ha sido una especie de sombra que asomaba intermitente y oscurecía la vida de las personas y familias en España; pero ahora ha alcanzado unas dimensiones muy graves, sobre todo respecto a los jóvenes. La Campaña contra el paro tiene una doble finalidad: recordar la doctrina de la Iglesia sobre el derecho al trabajo, y la forma en que la sociedad debe responder a ese derecho; y promover la ayuda a los parados, buscarles empleos, en la medida en que podemos. 13.700 personas en paro fueron atendidas el año pasado a través de los SOIE de Cáritas Madrid. Es un servicio que queremos seguir prestando, y hay que recordar que todos tenemos, en este problema, una gran responsabilidad; por supuesto, más la tienen las autoridades públicas y los agentes económicos –las empresas, los bancos, los sindicatos…–, pero la tenemos toda la sociedad, porque el problema del paro tiene que ver con la economía. Necesitamos una economía vivida con sobriedad, con justicia y con el compromiso y la voluntad de sacrificio de todos para poder solucionar este problema.