Paolo Ruffini: «La Iglesia debe hablar el lenguaje de su tiempo»
El periodista Paolo Ruffini es el primer laico al frente de un dicasterio vaticano, desde que el Papa le nombró en julio Prefecto para la Comunicación. El lunes presentó en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Ave María (Romana Editorial), un libro-entrevista al Papa Francisco con el capellán de la cárcel de Padua sobre la oración mariana por excelencia
¿Cómo es trabajar con un jefe como Francisco, a quien le gusta saltarse los textos escritos y continuamente improvisa?
Es una manera de mantenerse joven (ríe), de no perder nunca el entusiasmo, de entender que la vida es dinámica. Trabajar con este Papa implica estar siempre atento, vivo intelectualmente. Es algo muy bello.
¿Por qué usa con tanta frecuencia Francisco las entrevistas, como en el caso de este nuevo libro, Ave María?
Para llegar a la gente. Pienso que su intención es hablar con todos, y hablar el lenguaje de quien escucha, de quien ve la televisión, lee libros… Y crear así una relación verdadera. Vivimos en la sociedad de la comunicación en el tiempo de la incomunicación: estamos todos conectados, pero solos. Por eso el Papa constantemente habla de tender puentes entre las personas. En lo que respecta al magisterio de la Iglesia, esta testimoniando la modernidad y la contemporaneidad de la palabra de Dios encarnada en nuestro tiempo, hablando el lenguaje de nuestro tiempo.
Usted es el primer laico al frente de un dicasterio vaticano. ¿Un símbolo contra el clericalismo, un mal del que continuamente Francisco?
No sé si es un signo o no, pero pienso que a veces los laicos somos más clericales de lo que pensamos. Cuando hablamos de la Iglesia a menudo no lo hacemos como un asunto nuestro. Debemos sentir sobre las propias espaldas la responsabilidad de formar parte de la Iglesia. Sentirse parte de la Iglesia, no pensar que la Iglesia es solo la jerarquía o los sacerdotes y consagrados.
¿Qué le falta a la Iglesia para comunicar bien?
Siempre, en lo que hagamos, seremos imperfectos, pero lo que no debe hacer la Iglesia más es confinarse fuera de su propio tiempo. San pablo VI decía que hay que comunicar a la verdad, pero de un modo que la entienda nuestro tiempo. Debemos hablar, como hace el Papa Francisco, el lenguaje de quien nos escucha, y permear el mundo en que vivimos con nuestro testimonio, que no es tanto nuestra palabra, sino lo que hacemos, cómo vivimos…
Las comunicaciones del Vaticano han experimentado fuertes cambios. ¿Cuáles serán los próximos pasos?
Debemos pensar continuamente en términos no de llegar a una meta, sino de estar camino para mantenernos al paso el lenguaje que habla nuestro tiempo, sin perder las raíces, la identidad. Creo que el desafío que tenemos es demostrar como la convergencia multimedia no anula los distintos medios. La sociedad digital ha cambiado enormemente nuestra forma de comunicar, pero no ha matado a lo interior, a la televisión, la radio o los periódicos. Podemos discutir sobre cuánto durarán los periódicos impresos, pero estamos seguros de que la lectura seguirá formando parte de nuestra vida. La cuestión es cómo integrar todo esto.