Paglia: «La Iglesia reitera su total oposición a cualquier forma de eutanasia»

La Pontificia Academia para la Vida (PAV) ha elaborado una guía de 88 páginas sobre algunas cuestiones bioéticas titulada, «Pequeño léxico del final de la vida». Este jueves su presidente, el arzobispo Vincenzo Paglia, se la ha presentado en audiencia al Papa Francisco.

Algunos medios italianos se han apresurado a asegurar que el texto suponía «una apertura» de la Iglesia respecto a la eutanasia. Una afirmación motivada por un párrafo de la guía en el que la PAV recuerda que no es deseable ningún tipo de encarnizamiento terapéutico porque «no es una expresión de la medicina para el beneficio del paciente». Asimismo, el documento aboga por el mayor consenso común, incluido el legislativo, en este tipo de cuestiones tan delicadas. Ambos extremos han dado alas a la interpretación y estos medios han sugerido un cambio favorable de la Iglesia respecto al suicidio asistido y la eutanasia.

Vincenzo Paglia, en declaraciones a los medios vaticanos, ha desmentido estos titulares. Ha recordado que no cambia un milímetro la posición de la Iglesia respecto a estas prácticas y que rechazar el encarnizamiento terapéutico no implica aprobar la eutanasia. «La Iglesia reitera su total oposición a cualquier forma de eutanasia y suicidio asistido», responde al periodista Salvatore Cernuzio.

«Nunca debemos acortar la duración de la vida, pero tampoco debemos persistir en querer obstaculizar su curso de ninguna manera», afirma contundentemente Paglia al insistir en que la muerte es parte de la vida. Por ello, también asegura que es tarea de la Iglesia trabajar mucho más para acompañar a las personas en su etapa final de la existencia.

Sobre la suspensión de la alimentación y la hidratación en algunos casos, el presidente de la PAV repasa lo anteriormente indicado por la Iglesia que además está incluido en esta guía. Por ejemplo, recuerda que en 1956 Pío XII reconocía la legalidad de suspender la ventilación si se presentaban ciertas condiciones graves. O que en 2007 la Congregación para la Doctrina de la Fe, después de haber afirmado un presupuesto positivo para su uso, indicaba que pueden ser lícitamente interrumpidos, o no implementados, cuando implican «una carga excesiva o un malestar físico importante».

Paglia asegura que los tratamientos desproporcionados no deben aplicarse; que la evaluación siempre tiene que ser caso por caso; y que tendría que contar, en la medida de lo posible, con la participación del enfermo.