Pacto de silencio

Robert Redford, en la película Pacto de silencio, vuelve a situarse detrás y delante de la cámara para contarnos —también una vez más— una historia de sabor político. En tiempos de la guerra del Vietnam, unos jóvenes radicales americanos formaron un grupo antisistema que cometió varios delitos. Un día atracaron un banco en un delirio anticapitalista, pero el guardia de seguridad sacó su pistola y acabó habiendo un tiroteo que le hirió y, finalmente, le costó la vida. Nunca lograron detener a los jóvenes de este comando. Han pasado 40 años, y la mayoría de ellos son respetables profesionales al cargo de sus familias. Viven con nueva identidad y parecen haberse convertido en ciudadanos responsables. Pero el día que Sharon (Susan Sarandon) es detenida por el FBI, se extiende el pánico entre los antiguos camaradas. Uno de ellos, el viudo Nick Sloan (Robert Redford) —que ha adoptado la identidad de Jim Grant—, decide poner a salvo a su hija y escapar.

La película se pregunta en srealidad si el paso del tiempo es redentor en sí mismo, o si los pecados de juventud deben perseguirnos de por vida. A esa interesante cuestión se añade una dura crítica a los planteamientos revolucionarios setenteros, que los compara con el peso específico de tener una hija y la responsabilidad de cuidarla. Es decir, frente al sueño de cambiar el mundo a cualquier precio, el amor concreto a una hija a la que hay que educar e introducirla en la vida. Junto a esto, Robert Redford hace una defensa del buen periodismo de investigación cuando busca sinceramente conocer la verdad. Una película valiosa, aunque un poco confusa desde el punto de vista narrativo.

Pacto de silencio

Director:

Robert Redford

País:

Estados Unidos

Año:

2012

Género:

Thriller

Público:

+12 años