Pablo Guerrero: «Nos desesperanzamos cuando no dejamos a Dios ser Dios» - Alfa y Omega

Pablo Guerrero: «Nos desesperanzamos cuando no dejamos a Dios ser Dios»

El profesor de Comillas participa en un encuentro internacional centrado en la esperanza, organizado por la Universidad de la Mística

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
'Desesperanza', de Danilo Urbina
Desesperanza, de Danilo Urbina. Foto: Flickr.

La Universidad de la Mística en Ávila será el escenario de la Cátedra Francisco Palau, que se celebrará del 21 al 23 de marzo bajo el lema Despertando esperanza. Este evento reunirá a más de medio centenar de participantes y destacados ponentes para reflexionar sobre los desafíos sociales y eclesiales actuales, ofreciendo claves de esperanza y compromiso inspiradas en la espiritualidad del padre Palau. 

El programa incluirá conferencias de expertos como Pablo Guerrero, Agustí Borrell, y Myrna Torbay, quienes abordarán la esperanza desde diversas perspectivas bíblicas y místicas. También se explorará la figura de Francisco Palau como guía para fortalecer la esperanza a través del encuentro y la comunión. Además, se realizará una entrevista sobre el Sínodo de la sinodalidad con Cristina Inogés y María Luisa Berzosa

En este sentido, Pablo Guerrero afirma que «vivimos en tiempos de herejía emocional» un «pesimismo» de futuro que afecta «tanto a nuestra cultura como a la Iglesia», que procede del error de pensar «en un futuro que no va a estar habitado por Dios». «Si Dios siempre ha estado ahí, ¿cómo podemos siquiera pensar que no va a estar también más adelante?», abunda. 

El profesor de la Universidad Comillas señala en este punto que «la desesperanza es pensar que Dios no va a estar ahí. Nos desesperanzamos cuando no dejamos a Dios ser Dios». Por eso, la Iglesia ha de ser «fuente de esperanza» entre los hombres, algo patente en vísperas de Semana Santa, que «nos invita a mirar la Cruz como fuente de nuestra esperanza».  

Asimismo, el teólogo jesuita pone el acento en la «teología de la espera», pues «la esperanza precisa de paciencia». De ahí que el cristiano necesite «más que nunca» desarrollar «una pedagogía de la mirada» sobre la realidad: «si la miramos como enemiga, es evidente que tenemos motivos para estar desesperanzados, pero nosotros no somos “profetas de calamidades”, como decía Juan XXIII»

Así Guerrero recuerda que nuestra fe está llamada a mirar al futuro «sabiendo que está habitado por Dios», con «confianza» y «entrega». Esto no es ser «un ingenuo o un inocente», sino creer en la realidad de que «Dios es y está».