El filósofo Gabriel Albiac ha resumido muy bien lo ocurrido con lo de los Juegos Olímpicos: «Se ha perdido. Ya está. No es ningún drama. Pero mejor no seguir jugando a esto». A un COI (Comité Olímpico de Intereses, no precisamente deportivos) no se puede ir con otro COI (Comité Olímpico de la Ingenuidad). Alguien ha comentado estos días que en ese juego han sobrado Quijotes y han faltado Samaranchs. Pero lo verdaderamente importante, lo que verdaderamente merece la pena, es saber aprovechar el esfuerzo de unidad y de ilusión ante un gran proyecto para otros objetivos, que los hay, y muchos: por ejemplo a favor de la vida, de la demografía, de una educación digna de tal nombre, a favor de la unidad de España, a favor de la derrota del terrorismo… Como pocas veces en su historia, España necesita hoy un gran proyecto que ilusione y una a todos en torno al bien común, no al interés de unos cuantos, para que las jóvenes generaciones no se sientan defraudadas, como los jóvenes de la foto.