Otros dos sacerdotes nicaragüenses, exiliados a Roma
Son de las diócesis de Matagalpa y Estelí. Solo en agosto el régimen de Daniel Ortega ha desterrado a nueve presbíteros
El régimen de Daniel Ortega se propone erradicar la presencia de la Iglesia en Nicaragua y lo está haciendo, en primer lugar, mediante la expulsión de sus pastores. Está atacando con especial inquina a los de las diócesis de Matagalpa y Estelí, encabezadas por el obispo Rolando Álvarez, ya desde hace meses en la Ciudad Eterna bajo la protección vaticana.
Ortega hace unos días detuvo a otros tres presbíteros. El 10 de agosto, la policía sandinista se llevó al padre Leonel Balmaceda, párroco de la parroquia Jesús de Caridad, en el municipio de La Trinidad, en Estelí. Con él también arrestaron a dos colaboradoras diocesanas, Carmen Sáenz y Lesbia Gutiérrez. Al día siguiente, el domingo 11, fue arrestado el padre Denis Martínez, vicario de la catedral de Matagalpa.
Según informan medios nicaragüenses como La Prensa, y confirman los medios vaticanos, el sábado 17 los dos sacerdotes fueron desterrados a Roma. Por su parte, no se conoce cuál es el paradero de las colaboradoras diocesanas que fueron detenidas con el padre Balmaceda.
El tercer sacerdote fue arrestado el 15 de agosto. Es el padre Danny García, párroco de la iglesia San Juan Bautista de Muy Muy, en Matagalpa. Habría sido puesto en libertad dos días después y también el 17 habría abandonado el país.
Solo en agosto, Ortega ha expulsado a Roma a 9 sacerdotes y, con estos últimos, ya son 45 los que ha recibido el Vaticano.
Aunque hay algunas razones para la esperanza. Porque, mientras Ortega expulsaba a estos presbíteros, el viernes 16 de agosto, en la catedral de Managua, eran ordenados dieciséis nuevos sacerdotes para renovar la Iglesia nicaragüense. Semanas antes se había suspendido la ordenación de tres sacerdotes en la diócesis de Estelí por orden de Daniel Ortega, según explicó uno de los diáconos que iba a ser ordenado.
Un año de la confiscación de la UCA
Sin embargo, este número no logra suplir el éxodo forzado de pastores que está provocando el tándem Ortega-Murillo. Según la investigadora y activista Martha Patricia Molina, ya son 245 sacerdotes, religiosos y religiosas los expulsados por Ortega. Entre ellos, el mismo nuncio, Waldemar Sommertag, tres obispos, 136 sacerdotes de diferentes diócesis de Nicaragua, tres diáconos, once seminaristas y 91 religiosas.
Entre estos religiosos están los jesuitas, que hace un año sufrieron la confiscación de la Universidad Centroamericana por parte del régimen. En un comunicado que conmemora esta fatídica fecha, subrayan que la agresión contra la Universidad y la Compañía de Jesús «está enmarcada en un contexto nacional de represión sistemática que lamentablemente continúa hasta el día de hoy en contra de cualquier persona o institución que resulte sospechosa de no estar de acuerdo con el régimen». También indican que los atropellos del régimen van in crescendo. Así, vuelven a solicitar al gobierno de Nicaragua que «cese la represión, deje de estar cometiendo sistemáticas violaciones a los derechos humanos y libere a los presos políticos».