Osoro en la ordenación de los nuevos auxiliares: «Nuestro tiempo es para la comunidad»
Monseñor José Cobo, monseñor Santos Montoya y monseñor Jesús Vidal ya son obispos auxiliares de Madrid. El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, les ha conferido la ordenación episcopal este sábado en una concurrida catedral de la Almudena
Después de que el canciller secretario del Arzobispado, Alberto Andrés Domínguez, presentara a los elegidos con la lectura de los mandatos apostólicos, el purpurado ha agradecido al Señor la concesión de tres nuevos auxiliares que, «unidos al actual obispo auxiliar Juan Antonio», permitirán «dar noticia de Jesucristo y entregar completo el mensaje del Evangelio, con mayor presencia del pastor en medio de su pueblo».
En su homilía, los ha invitado a «caminar» por Madrid hablando del Señor, a «edificar» la Iglesia sobre Él y «confesar» siempre a Jesucristo. «Nosotros hemos de cumplir la tarea no apartando nunca el oído, la vista y el corazón de quien es el Camino, la Verdad y la Vida».
El arzobispo ha subrayado que «se hace necesario para nuestra misión conocer al Señor, permanecer en Él y, al mismo tiempo, pasear por nuestras comunidades cristianas, conocer los rostros, sus necesidades, sus potencialidades». Esto se concreta –ha proseguido– en tres tareas: «hemos de ser pastores de una Iglesia que es comunidad del Resucitado», «cuerpo de Cristo» y «anticipación y promesa del Reino».
«Tengamos y vivamos desde la alegría, la fuerza y la convicción que da el Resucitado. No caigamos en la tibieza que termina siempre en la mediocridad. Sin la oración asidua, el pastor está expuesto a ese peligro de avergonzarse del Evangelio y buscar otras fuerzas para sostener su vida. No podemos ilusionarnos solo con nuestras fuerzas, con la abundancia de recursos o de estructuras, con estrategias organizativas. Hay que ilusionar la vida en el encuentro con el Resucitado», ha dicho.
Aludiendo al Evangelio proclamado, el cardenal Osoro ha recordado que el Señor sigue preguntándoles «¿Me amas más que estos?», una pregunta que no busca «crear rivalidad entre los discípulos», sino «alcanzar lo más profundo de nuestro corazón». «Huyamos de la tentación de las habladurías, de gestionar el tiempo para nosotros; el tiempo, mi tiempo, es para la comunidad. […] Que cuando terminemos nuestro ministerio seamos más pobres que cuando lo comenzamos. Que dimos la vida y damos lo que tenemos y somos», ha añadido.
En esta línea, ha remarcado la «belleza» que alcanza la Iglesia cuando sirve al Reino y ha insistido en que ello «comporta vivir descentrados respecto a nosotros mismos, abiertos plenamente al encuentro, que es el camino para volver a encontrar aquello que somos: anunciadores de la verdad de Cristo y de su misericordia».
Después de la homilía, se ha producido la promesa de los elegidos y el cardenal Osoro, el cardenal Rouco Varela, el nuncio de Su Santidad en España, monseñor Renzo Fratini, y los numerosos obispos concelebrantes les han impuesto las manos en un signo de comunión de los sucesores de los apóstoles. Tras la unción de la cabeza, los ya obispos auxiliares de Madrid han recibido el libro de los Evangelios y sus insignias episcopales: el anillo, el solideo y la mitra.
Pastores para «continuar la revolución de la ternura»
Los ya obispos auxiliares han recorrido el templo entre aplausos, justo antes de que monseñor Cobo hablara en nombre de los tres: «Dios es misericordia, nosotros sus peregrinos. Esta mañana hemos entrado como peregrinos, traemos a nuestras espaldas los pasos que hemos dado desde niños en esta Iglesia que peregrina en Madrid, y salimos peregrinos, consagrados pastores al estilo de Jesús».
Junto al cardenal Osoro y a monseñor Martínez Camino –ha continuado– tienen «el encargo de caminar juntos sinodalmente, dispuestos a servir como apóstoles a todos, en especial a los más pequeños» y «continuar esta revolución de la ternura que, como dice nuestro Plan Diocesano de Evangelización, nos coloca con todos, entre todos y para todos».