«Poder y liderazgo son sinónimos de servicio»
200 políticos, desde concejales hasta expresidentes de Gobierno, asistieron el lunes a un retiro predicado por el cardenal Osoro, que les pidió «avanzar en un orden social cuya alma sea la caridad»
Cuando Ezequiel Ávila tenía que decidir si entraba en política o no, «mi país vivía un momento en el que este ámbito estaba muy denostado», asegura en conversación con Alfa y Omega. «Veníamos de una grave crisis económica y la palabra política era poco más que una mala palabra». Sin embargo, Ávila no opinaba así. «Lo que estaba mal no era la política, sino la forma de hacer política de algunos políticos», subraya. Para cambiar esto, dio un paso al frente y hoy ejerce como cónsul de Argentina en Madrid
También le impulsó su fe. Como católico, Ávila veía la necesidad de involucrarse en un campo en el que «no hay muchos creyentes», revela. Al final, «lo que ocurre, es que se deja el ejercicio del poder en manos de otros». Pero, «es importante que los católicos tengan presencia en los distintos partidos para que también en los parlamentos se exponga la doctrina social de la Iglesia».
Para esta participación, sin embargo, es necesario tener varios conceptos claros, según el cónsul. «No se puede olvidar nunca el bien común» y que «la política implica el ejercicio del poder, pero poder y liderazgo son sinónimos de servicio». En su caso, además, considera también «importante» tener «una base espiritual». Por eso, «y porque la Semana Santa es un momento propicio para encontrarse con Dios», decidió apuntarse al retiro para políticos –y otros líderes sociales– que impartió el lunes el cardenal Carlos Osoro, organizado por la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos.
El prelado invitó a los participantes a «avanzar en un orden social político cuya alma sea la caridad» y los instó a saberse «responsables de la fragilidad de los demás». Precisamente, el servicio de los políticos consiste «en gran parte en cuidar estas fragilidades». En este sentido, el cardenal advirtió de que este servicio «nunca se trata» de algo «ideológico», ya que no se «debe servir a las ideas, sino a las personas». Lo contrario supone «dejar tirados a los demás».
Asimismo, el cardenal parafraseó al Papa para explicar que «la buena política busca caminos de construcción de comunidades en los distintos niveles de la vida social, en orden a reequilibrar y reorientar la globalización para evitar sus efectos disgregantes y que vayan en contra de los demás».
Por último, añadió «que lo más importante es tener la actitud de Jesús cuando le dijo a Zaqueo: “Quiero entrar en tu casa”. Cuando dejamos entrar en nuestra casa al Señor hay un cambio real y no puedo decir que no me importa el otro».
Junto a 200 dirigentes, desde concejales hasta diputados y expresidentes de Gobierno –como el de Costa Rica–, también asistió Carmen Sánchez, exconcejal del Ayuntamiento de Madrid. «El cardenal ha tratado de hacernos ver que la Iglesia tiene las puertas abiertas a todos y nosotros, como parte de la Iglesia, tenemos que tenerlas también abiertas para todos los ciudadanos», asegura. Algo que contrasta con el «ambiente de polarización» del panorama político actual, al que Sánchez cree que le falta «más escucha hacia las posturas de las otras fuerzas políticas» y «menos crispación». En este sentido, el arzobispo de Madrid «nos ha invitado a encontrarnos con el otro como lo hacía Jesús, con esa capacidad de escucha y de respeto».