Osoro en el aniversario de la explosión de La Paloma: «El triunfo es de Cristo»
Amigos y miembros del Camino Neocatecumenal arropan a las familias de las víctimas en la Misa en la catedral de Madrid, presidida por el arzobispo
«Cristo, mi esperanza, ¡ha resucitado! Y nos precede en Galilea. Y nos precede en Galilea». Con esta canción, repetida a una sola voz por los centenares de fieles reunidos en la catedral de Santa María la Real la Almudena, ha arrancado este jueves, 20 de enero, la Misa solemne en recuerdo de las víctimas de la explosión de un edificio parroquial de La Paloma hace justo un año.
«Nos reunimos porque creemos en Jesucristo resucitado, que el triunfo es de Cristo», ha asegurado el arzobispo de Madrid. «Nuestra vida está en manos de Dios siempre y, cuando desaparecemos de este mundo, volvemos a las manos de Dios», ha aseverado, acompañado en el altar por el arzobispo emérito, cardenal Antonio María Rouco Varela; el vicario general, Avelino Revilla; el rector del Redemptoris Mater, Eduardo Zapata; el hermano de Rubén, Pablo Pérez Ayala, y los sacerdotes de la parroquia (Gabriel Benedicto, Alejandro Aravena y Matías Quintana), entre otros.
«El encuentro es como el oxígeno de la vida»
En su homilía, el también vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española ha incidido en que, «aunque a veces haya enfrentamientos» tal y como se lee en Fratelli tutti, «la vida es el arte del encuentro», y ha animado a encontrarse «entre nosotros» y «con Dios». «El encuentro es como el oxígeno de la vida», ha abundado, y puede «ayudarnos a superar esos momentos como los que vivimos hace un año».
En este sentido, ha pedido que se cumpla «la voluntad» del Señor y su vida «esté presente en la vida de los hombres» para que se sepan «en manos de Dios», sobre todo «en este momento de la historia» marcado por la pandemia y por la «vulnerabilidad». «Dejémonos abrazar por su amor. Dejémonos abrazar por ese sentido que dan a nuestra vida su vida, su amor, su presencia. Y hagamos posible que esta tierra se deje iluminar por la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo», ha concluido.
La Misa, que se sumaba a otros actos de recuerdo y homenaje, ha estado animada por las guitarras e instrumentos de una veintena de miembros del Camino Neocatecumenal y, en distintos momentos de la misma, se ha podido escuchar a los hermanos de David Santos y a una hermana de Rubén Pérez Ayala, Ángela.