Omella clama contra la pobreza y a favor de la convivencia social
En su participación en el Fórum Europa, el presidente de la CEE se ha posicionado contra la polarización y ha asegurado que el papel de la Iglesia no es «liderar batallas para hacer caer un Gobierno»
En una intervención que ha sabido a despedida —en marzo terminará su etapa como presidente de la Conferencia Episcopal Española—, el cardenal Juan José Omella ha participado en el Fórum Europa, de Nueva Economía Fórum, y ha clamado contra la pobreza y a favor de la convivencia social. Ante ambos problemas, «que nos preocupan mucho», el arzobispo de Barcelona ha llamado a la unidad: «Tenemos que construir puentes y no muros», ha pedido.
En este sentido, se ha distanciado de cualquier utilización política de la fe, de las protestas en Ferraz en torno a la sede del PSOE, y ha asegurado que no van a «liderar batallas para intentar hacer caer un Gobierno». Lo nuestro, ha indicado, «es trabajar codo con codo en favor del bien común».
Preguntado por las palabras de Santiago Abascal, quien afirmó recientemente que «habrá un momento en el que el pueblo querrá colgar a Pedro Sánchez de los pies», el presidente de la CEE ha subrayado la necesidad de «aprender a respetarnos y a convivir». Asimismo, ha instado a «hablar de las personas con respeto, incluso con belleza», y ha propuesta tres claves para que el mundo sea más fraterno: «Hay que decir siempre la verdad, con bondad y con diplomacia».
Secularización y brotes verdes
En el capítulo de las preocupaciones, el cardenal también ha expresado su pesar e inquietud «por el aumento de las cifras del suicidio entre los más jóvenes», una lacra social que ha vinculado de alguna forma a la «creciente secularización» que se vive en España: «Dios ya no interesa y cuando desaparece de nuestras vidas el hombre va contra el hombre», ha lamentado.
A pesar de todo, ha señalado la presencia de «brotes verdes», incluso en los contextos más difíciles. «Hablo de una sociedad tan secularizada como la de Barcelona y Cataluña, pues en ella nos entusiasma el compromiso de evangelización que cunde entre los jóvenes».
En una reciente entrevista con Alfa y Omega, también el presidente de la Subcomisión de Seminarios de la CEE, Jesús Vidal, atisbó un ligero cambio de tendencia en lo que se refiere a los seminarios. «Todavía no tenemos los datos definitivos, pero se ve un menor descenso de las vocaciones. La ratio de descenso es menor», indicaba el obispo auxiliar de Madrid al mismo tiempo que reconocía que «para analizar el dato hace falta más tiempo» y que se puede tratar de «una cuestión coyuntural».
Vidal se expresaba en estos términos a la salida de la reunión que todos los obispos españoles tuvieron con el Papa Francisco el pasado 28 de noviembre para hablar de los seminarios. Preguntado por este encuentro, el arzobispo de Barcelona ha recordado este martes 12 de diciembre que «solo se habló de este asunto» y no del tema de abusos, como especularon diversos medios de comunicación; y que en él el Santo Padre les animó a «implementar un plan de reconversión» en los próximos tres años «para adecuar la formación a los grandes cambios que se están produciendo en la sociedad». La idea es enseñar a los jóvenes a centrar su mirada en Jesucristo sin olvidar el mundo en el que viven.
El informe de Cremades «llega tarde»
Durante su intervención, el cardenal Omella se ha referido además al tema de los abusos. En la sala del Hotel Intercontinental de Madrid se encontraba el Defensor del Pueblo, al que ha «agradecido el trabajo que ha hecho». Aunque «nada es perfecto», ha añadido en referencia a la inclusión de una encuesta elaborada por GAD3 que los medios de comunicación y algunos políticos han utilizado para extrapolar las cifras y magnificar un problema que no tiene las dimensiones sugeridas.
Del informe sobre los abusos en la Iglesia presentado por Ángel Gabilondo, el presidente de la Conferencia Episcopal Española ha destacado la «profunda tristeza» que sienten en la CEE «al descubrir la fotografía» de la realidad de las víctimas. «Nos duele que eso haya sucedido en nuestra familia. Ante el silencio y el dolor de las víctimas, es importante que por fin se pueda escuchar» a los afectados.
En este sentido, ha destacado el plan de reparación integral que está preparando la Iglesia española, que prevé indemnizaciones para las víctimas más allá de la responsabilidad legal, y ha puesto en valor la creación de oficinas para atender a las víctimas en todas las diócesis. Una labor que coordina un organismo de la CEE para que «al ver el trabajo con perspectiva, este se pueda hacer mucho mejor».
Del otro informe, elaborado por el despacho Cremades & Calvo-Sotelo y encargado por la propia Iglesia, el prelado ha aseverado que «llega un poco tarde. Habíamos fijado un plazo de un año», que no se ha cumplido, y, finalmente, llegará «con el trabajo del Defensor del Pueblo ya hecho». En cualquier caso, Omella ha asegurado que «lo que menos nos importa es el número, nos importa la persona. Por una sola persona, por ayudarla a sanar y que no vuelva a suceder, ya merecería todo el trabajo que hemos hecho y estamos haciendo».
El Congreso de Laicos en el recuerdo
Juan José Omella, que fue presentado por el director general de la Fundación Pablo VI, Jesús Avezuela, concluyó su intervención haciendo balance de la labor como presidente de la CEE, que concluirá en marzo «gracias a Dios», bromeó. «Lo que he intentado es que trabajemos juntos y que entre todos veamos lo que podemos hacer», ha resumido el cardenal, descartando cualquier personalismo.
De entre los numerosos acontecimientos que se han sucedido durante su presidencia, Omella ha destacado el Congreso de Laicos celebrado en 2020. «Fue un momento especial. Los laicos, y la Iglesia en general, tienen mucho que aportar en este mundo», ha asegurado.