Oleksandra Matviichuk: «Estamos archivando el dolor y la crueldad» - Alfa y Omega

Oleksandra Matviichuk: «Estamos archivando el dolor y la crueldad»

Esta abogada ucraniana, cuyo trabajo ha recibido el Nobel de la Paz, participará en el Campus Global de Derechos Humanos de Venecia, que arranca el próximo 10 de junio

Victoria Isabel Cardiel C.
La activista ucraniana con un cartel donde se lee «Por ti y por nuestra libertad» en octubre de 2022
La activista ucraniana con un cartel donde se lee «Por ti y por nuestra libertad» en octubre de 2022. Foto: EFE / EPA / Sergey Dolzhenko.

Su organización lleva nueve años documentando los crímenes de guerra rusos en Ucrania. ¿Cómo trabajan?
Hemos creado una red de documentadores por toda Ucrania, desde la aldea más pequeña del país a las grandes urbes. Grabamos testimonios de víctimas y testigos, analizamos los datos de fuentes abiertas, como las grabaciones o las fotos hechas con el teléfono, y reunimos pruebas en los territorios ya liberados. Es un trabajo difícil y emocionalmente agotador porque estamos archivando el dolor y la crueldad. Nos enfrentamos a un número sin precedentes de violaciones de los derechos humanos. Solo en el último año hemos documentado 39.000 episodios de crímenes de guerra.

¿Qué harán con todo el material?
Estamos compartiendo nuestros datos con la Corte Penal Internacional de La Haya, las Fuerzas de Seguridad ucranianas y las organizaciones internacionales. La justicia no debe depender de lo fuerte que sea el régimen ruso; del estatus social de la víctima; del nivel de crueldad al que se haya enfrentado o de si su caso interesa a los medios de comunicación o a las organizaciones internacionales. Tenemos que crear un tribunal especial y llevar ante la justicia a Putin, Lukashenko y a todos los responsables. No puede haber más impunidad.

¿Se responde así a cierta laguna en la rendición de cuentas?
El sistema judicial ucraniano está sobrecargado. El Tribunal Penal Internacional limitará sus investigaciones a unos pocos casos seleccionados y no tiene jurisdicción sobre todos los crímenes cometidos por Rusia en Ucrania. Rusia está utilizando el terror como táctica bélica. Su objetivo han sido en primer lugar activistas, políticos, sacerdotes, voluntarios, artistas, periodistas… Es su política deliberada para quebrar la resistencia y ocupar el país mostrando vilmente el sufrimiento. Han obligado a los civiles de las zonas ocupadas a disparar contra sus propios vecinos; han asesinado a niños mientras jugaban en el patio. No había una necesidad militar. Lo hicieron porque habían hecho lo mismo en Chechenia, Moldavia, Georgia, Malí, Libia y Siria sin que hubiera consecuencias… Se creen intocables.

¿Hay alguna historia que le haya marcado especialmente?
La del adolescente Yelisey Ryabokon, de 13 años. Vivía con su madre y su hermano de 3 años en un pueblo ocupado de la región de Kiev. No tenían electricidad, casi ni agua ni comida, y pasaban los días enteros en el sótano. La madre me contó que pidió a los rusos que le permitieran llevar a sus hijos en coche a un lugar seguro. Parecían estar de acuerdo. Incluso la saludaron con la mano para desearle un buen viaje. Pero en cuanto salieron del pueblo, los militares rusos abrieron fuego contra ellos. Yelisey falleció y los rusos obligaron a su madre y a su hermano a regresar a pie. No le dejaron enterrar a su hijo en el cementerio y tuvo que hacerlo en un jardín cerca de su casa.

Bio

La directora del Centro para las Libertades Civiles recibió el Nobel de la Paz el año pasado junto a la organización rusa de derechos humanos Memorial y el activista bielorruso Ales Bialiatski, encarcelado por su labor de documentación de los crímenes de guerra rusos y la red que creó para salvar a miles de refugiados.

¿Impedir la evacuación de civiles es también parte de la estrategia de terror?
Sí, ha sido sistemático. En lugar de dejar que los civiles viajasen a regiones más seguras de Ucrania, las tropas rusas comenzaron a trasladar ilegalmente a niños ucranianos a Rusia. La legislación rusa permite a los padres adoptivos cambiar no solo el nombre y el apellido, sino también el año y el lugar de nacimiento del niño, por lo que es muy difícil rastrear el destino de todos los menores tras la adopción.

El Papa está ayudando en la repatriación de niños ucranianos, pero no ha querido dar más detalles…
Solo puedo desearle éxito. Sus familias los están esperando.

¿Qué ha supuesto para su organización el Nobel de la Paz?
Durante décadas, las voces de los defensores de los derechos humanos en nuestra parte del mundo han sido silenciadas. El Nobel de la Paz es un altavoz. El mundo debe responder a las violaciones de los derechos humanos. Esto debe ser un factor importante en la toma de decisiones políticas, económicas y de seguridad. Los países del mundo democrático han hecho la vista gorda durante mucho tiempo con las vejaciones a los derechos humanos que se han perpetrado en Rusia. Han seguido estrechando la mano de los dirigentes rusos, construyendo gaseoductos y haciendo negocios como de costumbre. Incluso después de la invasión, solo el 6 % de las firmas comerciales extranjeras han abandonado Rusia. El resto sigue operando y aportando beneficios al presupuesto del país: financian esta guerra.

Recientemente el secretario general de la ONU, António Guterres, ha dicho que por el momento la paz no es posible en Ucrania porque ambas partes creen que pueden ganar.
Ucrania desea la paz más que nadie. Pero la paz no llega cuando el país atacado depone las armas y deja de defenderse. Eso es ocupación. Pedir a Ucrania que deje de luchar porque defenderse contribuye a la escalada del conflicto no solo es un argumento erróneo, sino inmoral. Esta no es una lucha por los territorios, sino por las personas que viven allí. No tenemos derecho a dejarles morir y a que sean torturados.

¿Cómo ve el futuro?
Una paz sostenible, que libere del miedo y ofrezca una perspectiva a largo plazo es imposible sin justicia. Con todo, soy optimista. Sé que el sistema internacional de paz y seguridad no funciona, pero la voz de millones de personas en distintos países puede cambiar la historia del mundo más rápidamente que la intervención de la ONU.