Ofensiva contra la soledad de los mayores
A pesar de las propuestas de atención a los mayores de Madrid o Getafe, «todavía queda trabajo. Hay muchos mayores solos», dice Mar Crespo
«Mi hijo es director de una pequeña residencia. En ella hay 52 personas y diez de ellas no reciben visitas». Cuando Álvaro Medina, delegado de Pastoral del Mayor de la diócesis de Getafe, se enteró de esta situación, «no me la pude sacar de la cabeza», confiesa en conversación con Alfa y Omega. Cuando Medina leyó el mensaje que el Papa publicó para la última Jornada Mundial de los Abuelos, esta imagen desembocó en el Plan Ruth, de acompañamiento a personas mayores que están solas en residencias. En el texto, Francisco reflexionaba a partir de la historia bíblica de Ruth y Noemí e instaba a no abandonar a los ancianos en la vejez. «Al leerlo, enseguida me vino la situación en la residencia de mi hijo y pensé que había que hacer algo. Se lo comenté a Araceli, que es terapeuta ocupacional y compañera en la delegación, le pareció muy buena idea y nos pusimos manos a la obra».
El proyecto echará a andar en enero, tras una Navidad en la que se acentúan las visitas y también la soledad de quienes no tienen a nadie que vaya a verlos. «Pretendemos aliviar ese sufrimiento a estas personas y hacerlo a través de voluntarios que las acompañen», explica el delegado, que insiste en que el artículo aparezca su email (delcampomedina@gmail.com) por si alguien se siente llamado a colaborar en esta tarea.
Quienes escriban, lo primero que recibirán es formación. «Es fundamental tener algunos conceptos claros», asegura Medina. «Imagínate que uno de los ancianos dice que tiene sed, pide un vaso de agua y el voluntario se lo da sin haber tenido en cuenta que esta persona sufre afagia», incapacidad para tragar. Al final, «un gesto de cercanía se convierte en un problema». Por eso «hay que formarse y estar en contacto con los terapeutas y auxiliares», asevera Medina, que también advierte de que este voluntariado requiere un compromiso. «Es importante no fallar porque son personas que ya han sufrido el abandono y revivir una situación similar sería demasiado para ellos».
De esta forma, el Plan Ruth se sumará a la dilatada experiencia eclesial en el ámbito del acompañamiento a las personas mayores. Dentro de ella, destacan propuestas como la de Cáritas Diocesana de Madrid y su Teléfono de Escucha, relanzado en septiembre de 2023 en coordinación con el Arzobispado de Madrid para paliar la soledad en la tercera edad. «En esta época, más que notar un incremento en las llamadas», son ellos los que contactan de forma proactiva. «Sabemos que estos días cunde la melancolía y se amontonan los recuerdos», subraya Mar Crespo, responsable del área de Mayores y Cuidado de la Vida de la entidad caritativa de la Iglesia madrileña.
Pero los voluntarios no solo conectan con los ancianos vía telefónica, «también los visitamos personalmente». En realidad, «trabajamos en dos ámbitos». Por un lado, están los acompañamientos individuales, tanto en domicilio como en residencia, y, por otro, los espacios de encuentro en las parroquias: «Se juntan para compartir actividades, vida, experiencias, y se acaban vinculado, se hace un grupo de relación». El encuentro, además, «nos permite hacerles un seguimiento». De tal forma que «cuando falta uno de ellos, porque está enfermo o porque ya no se puede desplazar, tenemos el contacto y la relación con él y podemos acompañarlo allá donde esté».
A pesar de toda esta labor, Crespo cree que «todavía queda trabajo por hacer. Hay muchos mayores solos en sus casas que no están recibiendo ningún acompañamiento». En este sentido, la responsable valora «el plan pastoral para las personas mayores puesto en marcha por el cardenal Cobo para impulsar toda esta acción en las parroquias».