Ocho de cada diez niñas de Sudán del Sur han sufrido violencia
En el marco del Día Internacional de la Niña Entreculturas presenta un informe sobre el país, donde la mitad de las menores de edad están casadas
Aproximadamente ocho de cada diez niñas de Sudán del Sur pueden haber sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida. Una de cada seis ha sufrido violencia física, y una de cada ocho, violencia sexual o secuestro. Son los datos que se desprenden de un nuevo informe presentado por Entreculturas con motivo de la celebración, este miércoles, del Día Internacional de la Niña.
El estudio recoge los testimonios de más de 150 niñas y adolescentes de Yambio, una región que acoge a un gran número de personas desplazadas internas. El 82,5 % de las muchachas entrevistadas asegura que ha sufrido algún tipo de violencia. Estos datos se suman a los que tiene Naciones Unidas sobre el país, que en 2019 era el séptimo del mundo con mayor tasa de matrimonio infantil. Así, el 52 % de niñas menores de 18 años estaban casadas. Además, según UNICEF, en 2020 un tercio de las niñas se quedó embarazadas antes de los 16 años.
En el informe Tiffany —nombre ficticio—, de 14 años, relata cómo a una amiga suya, de una familia pobre, «se le acercó un empresario» que «prometió ayudarla en todo lo que necesitara a cambio de favores sexuales». Sin embargo, «al poco tiempo se quedó embarazada y el hombre la dejó sola. Abandonó la escuela y está sufriendo sola en casa con su hijo».
58.000 niñas atendidas
Otro tipo de amenaza para las chicas sursudanesas es la inseguridad. El 93 % de las encuestadas teme ser raptada, violada o asesinadas. Grace y Mary, de 12 y 14 años, tienen miedo a que suceda cuando van a recoger leña.
Frente a tantos riesgos, el informe recoge cómo para las niñas el espacio más seguro del que disponen es el colegio. Formarse es una de sus prioridades en la vida. Así lo reflejan todas las entrevistadas en el informe. «No son conscientes de quiénes son ni de su valor en la sociedad hasta que están en la escuela», asegura Eunice, profesora de algunas de ellas. «Una chica que está educada le da valor a su persona y siente que es útil para su comunidad».
Sin embargo, «a la mayoría les resulta difícil continuar sus estudios, principalmente por los costes derivados de la escolarización, además de otros factores como el matrimonio», explica Laura Lora Ballesta, autora del informe. Son sus familias las que tienen la última palabra. Por eso, apunta, es clave acabar con estas prácticas y costumbres, profundamente arraigadas pero dañinas.
Esta investigación se ha llevado a cabo dentro del programa La Luz de las Niñas, de Entreculturas. Desde 2012, esta iniciativa ha acompañado a más de 58.000 muchachas de África y América Latina para disminuir la violencia física, psicológica y sexual que tienen riesgo de sufrir. En Sudán del Sur acompaña a más de 1.000 niñas y adolescentes en Yambio, al sudeste del país, junto con el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS por sus siglas en inglés).
Los efectos del matrimonio infantil sobre las niñas esposas son más graves de lo que se pensaba. Lo ha revelado el informe Young and married, publicado por World Vision sobre una investigación llevada a cabo en Bangladés, Mauritania, Nepal y Tanzania desde 2021. Por ejemplo, el 30 % de las niñas casadas entrevistadas en Tanzania dijo haber sido obligadas a mantener relaciones sexuales más de una vez en el último año. En cambio, las mujeres que se casaron más tarde presentaban un 25 % de probabilidades de sufrir violencia física.
La violencia, el aislamiento y la falta de educación también impacta negativamente en las niñas y jóvenes casadas. De hecho, tienen un 17 % más de probabilidades de sentirse tristes o inútiles.
Cada año, unos doce millones de niñas se casan antes de cumplir los 18 años. «A veces el matrimonio infantil parece una respuesta racional a unas opciones limitadas y la mejor opción disponible para las niñas y las jóvenes, pero en ningún caso debería ser así», asegura Dana Buzducea, directora de Asociaciones para la Promoción y la Participación Externa de World Vision. El estudio se realizó con encuestas a casi 10.000 niñas y jóvenes de entre 12 y 24 años.