Así frena Cáritas la transmisión de la pobreza de padres a hijos
La entidad eclesial atendió en 2020 a casi 90.000 personas en su programa de Familia, Infancia y Juventud, el segundo más numeroso tras el de Acogida y Asistencia
Tamara Casado, coordinadora de los tres centros de apoyo al menor de Cáritas Diocesana de Zamora, ve cada año la evolución de los niños que atienden, muchos de los cuales entran con 6 años y se quedan hasta los 18. Un tiempo en el que se les ofrece un apoyo integral que se estructura en tardes de estudio y ocio que solo rompe una merienda. Antes solían estar juntos toda la tarde, cuatro horas, pero por la pandemia se han creado dos grupos que se reparten el tiempo. Así se pueden mantener las medidas de seguridad y «nadie se queda atrás», explica Casado.
El reconocimiento a su labor les ha llegado, incluso, de los centros educativos de las zonas donde se encuentran
—Zamora y Fermoselle—, pues son estos los que muchas veces derivan a los chicos al ver que tienen necesidades. «Los propios profesores nos han agradecido la labor porque han visto una evolución positiva», añade en conversación con Alfa y Omega.
Una particularidad de estos centros es que acogen a todo tipo de niños, que pertenecen a familias vulnerables (65 %) o a familias normalizadas (35 %). «No queremos crear guetos de niños desfavorecidos, pues eso no va a permitir la igualdad», añade la coordinadora de los centros.
En total, durante este curso marcado por la COVID-19, en Cáritas Diocesana de Zamora han llegado a atender a unos 95 niños. Estos son solo una parte de todos los que esta entidad eclesial acompaña por toda España. En concreto, según la Memoria 2020 de Cáritas Española, el programa de Familia, Infancia y Juventud prestó apoyo a 88.740 personas. Es el programa más numeroso después del de Acogida y Asistencia.
En Cáritas Diocesana de Oviedo atendieron durante el pasado año a 259 menores y 157 familias. Lo hicieron a nivel socioeducativo, así como en el ocio y tiempo libre y el acompañamiento en habilidades sociales y parentales. El objetivo, explica a Alfa y Omega la responsable del programa de Menores y Familia, Verónica González, es «frenar la transmisión intergeneracional de la pobreza».
1,8 millones de personas atendidas por Cáritas en España en 2020, 366.530 más que en 2019
80,6 % de las personas acudieron al programa de Acogida y Asistencia para cubrir sus necesidades básicas
386 millones de euros es la cantidad invertida por Cáritas en el 2020, 50 millones más que en 2019
81.182 es el número de voluntarios que ha colaborado con Cáritas en el último año, casi 200 más que el anterior
Destaca dos proyectos concretos en la línea del ocio: actividades comunitarias y actividades de ocio en familia. La primera consiste en que el menor pueda participar en actividades del barrio con otros niños o sus compañeros de colegio. Es la familia la que tiene que buscar la propuesta en función de los intereses del menor. Puede ser gratuita o de pago, caso en el que desde Cáritas se le puede ayudar o pactar un copago. «Es la mejor manera de integrar», añade González.
La otra tiene que ver con compartir planes de ocio con el núcleo familiar, una propuesta que se testó el año pasado con una experiencia piloto en Gijón. Se trata de proponer una serie de actividades a la familia y de orientarla, ayudarla y motivarla. Pueden ser visitas a museos o áreas recreativas, o incluso ir al cine, que fue la opción más elegida el verano pasado. «Es un momento de recargar energías, de disfrutar en familia y de pasarlo bien», concluye González.