O_Lumen muestra «la mera presencia de cosas simples» a través de los dibujos de Sáez Castán
El espacio cultural de los dominicos recoge imágenes de personas desconocidas en acciones irrelevantes para acceder «a la familiaridad de lo cotidiano» y a la «fugacidad de nuestro paso por el mundo»
El espacio O_Lumen en Madrid acoge hasta el 21 de julio la exposición Imágenes para una memoria del mundo, con los dibujos trabajados en grafito del artista Javier Sáez Castán, una exposición en colaboración con We Art Exhibitions. Se trata de una colección de más de 80 dibujos que muestran «la mera presencia de cosas simples y su pertenencia a una cotidianidad», declara en una nota la iniciativa cultural de los dominicos.
El proceso seguido por el artista ha consistido en dibujar fotos antiguas de autores desconocidos que representan escenas comunes de la vida diaria. «Son imágenes de hace quizá 50 años que han atravesado un viaje por el tiempo, fotos perdidas de las que no sabemos nada, de las que es imposible identificar su contexto y que muestran aspectos domésticos muy cotidianos», explica a Alfa y Omega Javier Sáez Castán. «Son como objetos que el mar devuelve a la orilla después de un tiempo, mostrando un lado misterioso de la vida que se nos escapa», añade. De este modo el espectador puede acceder «a la familiaridad de lo cotidiano» y a la «fugacidad de nuestro paso por el mundo», señala el artista.
¿Qué nos atrae de acciones irrelevantes que hacen personas desconocidas para nosotros hoy? «Creo que nos produce asombro constatar que ellos han pasado por aquí y han vivido cosas que no podemos imaginar, asuntos cotidianos como aquellos a los que no prestamos atención nosotros hoy… El ser humano necesita asomarse a lo cotidiano y a lo eterno, y estas imágenes son ventanas a esa dimensión, nos interrogan», explica Sáez Castán.
Todo ello cuestiona «nuestra condición de habitantes de este presente tecnológico nos impide apreciar el tiempo como dimensión de lo humano», abunda el artista. Ejemplo de ello es «la omnipresencia del selfie», una forma de mirar la realidad que «se desvanece enseguida». Esta mirada superficial de la vida «nos enajena de nuestra relación con el tiempo, haciendo que nuestro presente dure apenas unos segundos», cuando en realidad «nuestra condición humana no es esa, sino que va más allá del tiempo que intentamos apurar como sea».