Nuevas sanciones contra Siria, mientras una religiosa denuncia: «La gente muere de hambre» - Alfa y Omega

Nuevas sanciones contra Siria, mientras una religiosa denuncia: «La gente muere de hambre»

En el mismo día que Estados Unidos anuncia los objetivos de una nueva serie de sanciones económicas, el Banco Central de Siria ha devaluado su moneda un 78 %. En un año, los alimentos han subido un 115 %. Las religiosas trapenses de Azeir denuncian que se use como «peones» a personas que pasan hambre y mueren por falta de medicinas

Redacción
Foto: AFP / Aaref Watad.

A la espera de que Estados Unidos anuncie nuevas sanciones contra Siria, una congregación religiosa ha afirmado que el embargo es el arma de un «sistema global de finanzas y geopolítica» que usa a los pueblos y naciones como «peones para sus propios intereses» dentro de una «guerra económica». Mientras tanto, la gente «está muriendo de hambre», denuncian las trapenses de Azeir.

Seis meses después de ser aprobada por el Senado estadounidense, el Departamento del Tesoro dará a conocer la primera lista de personas o instituciones sancionadas por la llamada Ley César. Esta norma lleva el nombre del desertor militar sirio que consiguió sacar del país más de 50.000 fotografías que probaban la tortura en las prisiones de Al Asad.

Según la organización estadounidense Syrian Emergency Task Force (STEF), implicada en su elaboración, se busca aislar al régimen y sus aliados, impidiendo los negocios de los que pueden buscar beneficiarse empresarios de distintos países. Aseguran también que no hay sanciones a medicinas, productos alimentarios o ayuda humanitaria.

Obstáculos a la reconstrucción

Pero «uno de sus puntos importantes es prohibir la reconstrucción bajo el régimen», aseguraba a EFE Omar Alshogre, director de asuntos de detenidos para la SETF. La redacción de estas sanciones se dirige directamente contra Rusia e Irán, los principales aliados de Al Asad; así como a otros países como China y Emiratos, que han mostrado su intención de participar en los proyectos de reconstrucción.

Las sanciones se dan a conocer el mismo día que el Banco Central de Siria ha anunciado una devaluación del 78 % de la libra siria. Un dólar pasa de 704 a 1.256 libras, y un euro de 798 a 1.413. Eso, oficialmente. En el mercado paralelo ilegal en Damasco, el dólar se paga a 2.825 libras, ligeramente por debajo de las 3.000 de hace unas semanas.

Los alimentos duplican su precio

Siria está sufriendo una de las peores crisis económicas desde el inicio de la guerra en 2011. La inflación ha aumentado más del 60 % en lo que va de año, según fuentes no oficiales. Y los alimentos se han encarecido un 115 % en los doce últimos meses. Según el Programa Mundial de Alimentos, son ahora «más caros que nunca».

De hecho, según Cruz Roja la cantidad de personas que sufren inseguridad alimentaria ha aumentado un 20 % respecto a 2019, alcanzando los nueve millones de sirios. Ya antes de esta crisis un 83 % de la población vivía bajo el umbral de la pobreza, con menos de 100 dólares al mes.

«No hay medicinas normales»

«La gente recurre a nosotras porque se están muriendo de hambre», denuncia en un escrito a la agencia católica AsiaNews la superiora de las trapenses, sor Marta. Desde su monasterio del pequeño pueblo maronita de Azeir, entre Tartús y Homs, están constatando que también fallecen a causa de la enfermedad. «¡No por el coronavirus! Sino porque ya no encuentran las medicinas normales, para la diabetes, la hipertensión, el corazón o el cáncer».

Las farmacias están cerradas, las compañías no importan materias primas y han tenido que frenar la producción de medicamentos. Debido a la inflación y la devaluación de la libra, «los vendedores han dejado de vender los productos» porque pierden valor, lamenta la monja.

Críticas desde la Iglesia

Sor Marta no oculta su frustración por que la pandemia de coronavirus no haya hecho cambiar de actitud a Europa. «Esperábamos» que, después de experimentar «la precariedad» y cómo la propia vida se ve amenazada», en el continente se tuviera más empatía por lo que supone vivir durante años en una situación tan dramática de guerra, agravada por las sanciones.

Como recuerda AsiaNews, son numerosas las personalidades religiosas que han alzado la voz contra estas medidas punitivas y han pedido que se cancelen para apoyar a la población. El Papa Francisco pidió relajarlas en su mensaje urbi et orbi de Pascua sin mencionar explícitamente a Siria. Además, el arzobispo maronita de Damasco, Samir Nassar, ha dicho que son una «tumba» para el país; y el vicario apostólico de Alepo, Abou Khazen, las ha calificado de «crimen».

«Muchas responsabilidades»

Los efectos de las sanciones, critica sor Marta, los notan los ciudadanos, «personas como yo y como tú, hombres, mujeres y niños; no los políticos, no los líderes». De hecho, apunta a que su objetivo último puede ser «exasperar a la gente para que haga caer a los gobernantes, allí donde no se ha logrado con las armas». Al mismo tiempo, reconoce que la lamentable situación del país no se debe solo al castigo económico desde el exterior.

Hay «muchas responsabilidades, también internas». Cita, por ejemplo, los repartos de poder y privilegios, mientras los terroristas «todavía queman los campus de cultivo del norte». «El sistema político y económico, que ha resistido con todo el derecho a defender la soberanía del país, ahora se arriesga a ponerla en juego si no atiende adecuadamente al sufrimiento del pueblo».

EFE / AsiaNews / Redacción