El porvenir de una sociedad depende de la salud y de la estabilidad de sus familias. Si las familias se rompen, también se rompe la sociedad. La familia, que tiene su origen en el matrimonio entre un hombre y una mujer abiertos a la vida, es la célula vital de la sociedad. Sin la fortaleza de la familia natural, se constatan sociológicamente una serie de patologías sociales: fragmentaciones de la sociedad, injusticias sociales, pobreza, falta de respeto de la dignidad humana, etc.
Nunca ha sido tan maltratada la familia natural por las leyes en España como ahora. Las llamadas leyes progresistas han redefinido la figura jurídica del matrimonio. Éste ha dejado de ser la institución del consorcio de vida común entre un hombre y una mujer en orden a su mutuo perfeccionamiento y a la procreación, y se ha convertido en la institución de la convivencia afectiva entre dos personas indiferenciadamente, con posibilidad de ser disuelta unilateralmente por alguna de ellas.
Por eso, convocamos anualmente este Encuentro de Familias Cristianas, porque estamos convencidos de que la familia es y sigue siendo el lugar primario donde se forma el sentido fundamental de la existencia para cada ser humano. La familia es el ámbito del que depende la realización de la humanidad de la persona y de toda la sociedad. Lejos de ser una institución del pasado, es el bien relacional primario.
Al convocar a las familias cristianas, queremos hacer visible una multitud de matrimonios que, a pesar de las dificultades de la crisis, continúan aportando a España el bien de la fidelidad conyugal, la estabilidad de sus familias y la muchedumbre de sus hijos. El secreto de estas familias está en la humildad y sabiduría de edificar sus casas sobre la roca que es Cristo y en el apoyo de sus hermanos en las comunidades cristianas de la Iglesia.
Sin ningún tipo de presunción queremos evidenciar, en la plaza de Colón de Madrid, que Dios es el autor del matrimonio, que su designio de amor es posible con la gracia y la fuerza del Espíritu y que, en definitiva, la familia es la auténtica ecología humana.