«No tengáis miedo a la desolación, la respuesta de Dios llega»
El Papa Francisco retoma tras su viaje a Baréin las catequesis sobre el discernimiento en la audiencia general
Tras el viaje de la semana pasada a Baréin, el Papa Francisco ha retomado este miércoles las catequesis sobre el discernimiento en la audiencia general. En concreto, se ha referido a la desolación, que, ha asegurado, puede ser «ocasión de crecimiento».
«Si no hay un poco de insatisfacción, de tristeza saludable, una sana capacidad de habitar en la soledad, de estar con nosotros mismos sin huir, corremos el riesgo de permanecer siempre en la superficie de las cosas y nunca tomar contacto con el centro de nuestra existencia», ha explicado.
En este sentido, el Pontífice ha dicho que la desolación es una condición indispensable para crecer en la vida, también en la espiritual, pues «una serenidad perfecta pero aséptica nos hace deshumanos, indiferentes al sufrimiento de los otros e incapaces de acoger el nuestro». De hecho, ha recordado que para muchos santos y santas la inquietud ha sido un impulso decisivo para sus vidas: san Agustín de Hipona, Edith Stein, José Benito Cottolengo, Charles de Foucauld…
«La desolación es una invitación a la gratuidad, a no actuar siempre y solo en vista de una gratificación emotiva. Estar desolados nos ofrece la posibilidad de crecer, de iniciar una relación más madura, más hermosa, con el Señor y con las personas queridas, una relación que no se reduzca a un mero intercambio de dar y tener», ha añadido.
En este punto, el Papa ha lanzado una invitación a aprender a estar con Dios sin otro fin, como sucede con las personas que queremos. «La vida espiritual no es una técnica a nuestra disposición, no es un programa de bienestar interior que nosotros debemos programar. Es la relación con el Viviente. La desolación es la respuesta más clara a la objeción de que la experiencia de Dios sea una forma de sugestión, una simple proyección de nuestros deseos».
Por todo ello, ha añadido: «No tengáis miedo a la desolación. En la desolación buscad el corazón de Cristo y la respuesta llega. Frente a las dificultades, por tanto, nunca desanimarse, sino afrontar la prueba con decisión, con la ayuda de la gracia de Dios que nunca nos falla».
El Pontífice volvió a referirse a la guerra en Ucrania, esta vez poco despúes de que dos misiles —todavía por identificar de dónde provenían— cayesen en Polonia causando la muerte de dos personas.
«Recemos para que el Señor convierta los corazones de quien aún apunta a la guerra y haga prevalecer el deseo de paz para la martirizada Ucrania, para evitar cualquier escalada y abrir el camino al alto el fuego y al diálogo», ha afirmado Francisco en los saludos tras la catequesis.