No quieren dinero, solo felicitar la Navidad - Alfa y Omega

No quieren dinero, solo felicitar la Navidad

Los alumnos del Colegio Sagrada Familia anunciarán a los vecinos de Moratalaz el nacimiento de Jesús durante la jornada Sembradores de Estrellas. Será el primer testimonio público de muchos niños

Rodrigo Moreno Quicios
Alumnos del Colegio Sagrada Familia frente al belén de su centro antes de celebrar la jornada Sembradores de Estrellas
Alumnos del Colegio Sagrada Familia frente al belén de su centro antes de celebrar la jornada Sembradores de Estrellas. Foto: Rodrigo Moreno Quicios.

«El año pasado fui por toda Moratalaz repartiendo estrellitas y diciendo a la gente “feliz Navidad”. Unos ancianos querían darnos dinero, pero nosotros lo rechazamos porque solo queríamos felicitarlos», cuenta Ana, de 10 años, en una de las aulas del Colegio Sagrada Familia (SAFA) ubicado en el barrio. Está en la jurisdicción de Santa María de Martala, la parroquia que el próximo sábado 14 albergará la jornada diocesana de Sembradores de Estrellas que organiza Obras Misionales Pontificias (OMP) y a la que Ana volverá a acudir junto a otros 150 niños como ella. Tras una Eucaristía, serán enviados por el vicario territorial a comunicar en grupos la Buena Nueva.

Eduardo Alonso, el sacerdote de referencia del colegio y quien lleva organizando esta cita desde hace más de 20 años, explica que, aunque la convoca OMP, los niños que participan «aún son demasiado pequeños para pensar si mañana serán misioneros en otro país». Algo que no les impide, al igual que a santa Teresa de Lisieux, serlo desde su entorno y sin tomar ningún barco ni avión. Como recalca Laura Escribano, coordinadora de Pastoral del centro, «lo principal es que sean misioneros primero en su casa, luego en el cole y, si desde ahí después hacen algo más, fantástico».

Los chicos en un parque de Moratalaz
Los chicos en un parque de Moratalaz. Foto: Colegio Sagrada Familia.

Con 9 años, Manuela revela que uno de los grandes momentos de la jornada de 2023 sucedió «cuando entramos en un supermercado y empezamos a cantar villancicos». Un recuerdo que atesora como oro en paño porque supone una de las primeras veces que ha dado testimonio. «Al principio estábamos un poco nerviosos por la gente que podría haber, pero salimos muy felices», recuerda. Teresa, de su misma edad, narra la alegría de los ancianos con los que se cruzaban, quienes no están acostumbrados a que un pequeño ejército de niños los empapele de pies a cabeza. «Te ponen pegatinas por el abrigo y por todas partes. Una vez me quisieron poner una grande en cada cristal de la gafas… ¿Pero entonces cómo veo?», bromea el padre Eduardo.

Julio, de 20 años, exalumno y catequista, cuenta cómo intenta controlar a estos comandos que, en vez de destrucción, siembran estrellas: «Cuando ven a una persona, se lanzan corriendo y yo los digo: “¡Chicos, no vayáis a por ellos, que los asustáis!”». También rota sus posiciones para que aquellos más impulsivos no estén siempre en la vanguardia y los más introvertidos tengan su oportunidad para asaltar a los viandantes con una felicitación navideña.

Martina, de 11 años, aún se acuerda de que la primera vez que participó, «al final del día los catequistas nos compraron dulces». «¡Es que son cuatro horas y hay que alimentar el espíritu!», contesta la coordinadora de Pastoral. No es solo la guinda del pastel: mientras los chavales se zampan una napolitana, profesores y catequistas pueden hacer migas con los responsables de los colegios de alrededor que también participan en la jornada, como las profesoras y sacerdotes que vienen del Colegio Senara, a menos de un kilómetro del SAFA. «Nos ayuda a ponernos cara y es muy interesante, es importante y el resto del año se nos suele olvidar porque no tenemos tiempo».

Los estudiantes a la puerta del centro
Los estudiantes a la puerta del centro. Foto: Colegio Sagrada Familia.

Juan José, que tiene 17 años, es catequista y también pastoreará a los pequeños, como Julio. «En primero de Bachillerato se nos da la oportunidad de hacer lo mismo que han hecho por nosotros y acompañar a los niños para vivir su fe», cuenta agradecido. Le acompaña Javier, de su mismo curso, quien subraya cómo la actividad «te alegra y llena mucho».

María y José Miguel, de 13 y 14 años, irán con un grupo de su edad tocando la guitarra, pues esta actividad está pensada principalmente para niños desde 3º hasta 6º de Primaria pero genera tanta adhesión que los mayores siguen participando aunque no sean el grupo diana. Finalmente Irene, de 10 años pero veterana de dos ediciones, cuenta los días porque «todos los años nos lo pasamos muy bien al felicitar la Navidad».