«No podemos cerrar la puerta al migrante» - Alfa y Omega

«No podemos cerrar la puerta al migrante»

En un breve mensaje enviado a un encuentro de la Acción Católica Italiana, Francisco recuerda las claves para acoger a quienes buscan un futuro lejos de sus hogares

Ángeles Conde Mir
Una mujer y su hijo tras ser rescatados en el mar y arribar a la isla italiana de Lampedusa. Foto: OSV News photo/Yara Nardi, Reuters

Desde el Aula Pablo VI, y grabado con un teléfono, el Papa Francisco ha enviado un mensaje al encuentro de la Acción Católica Italiana. El Pontífice reflexiona en torno al lema de estas jornadas, «Dadles vosotros de comer», y pide que ese «dadles de comer» se transforme en una actitud de acogida.

«Ustedes saben que en el Antiguo Testamento se nombra continuamente a tres necesitados: la viuda, el enfermo y el migrante», explica el Papa en español. A continuación, asegura que Dios «quiere mucho» a los migrantes, a los que cuida. Por ello, Francisco sentencia: «No podemos cerrar la puerta al migrante».

Y, aunque su mensaje va dirigido a los participantes de estas jornadas de la Acción Católica italiana, puede hacerse extensivo a cualquier católico. El Papa recuerda que hay cuatro palabras clave a la hora de afrontar el fenómeno migratorio. Son los verbos en los que se cimenta, sin ir más lejos, el trabajo de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

«El migrante tiene que ser recibido, acompañado, promovido e integrado», insiste el Pontífice que concluye su breve mensaje impartiendo la bendición y solicitando oraciones por él.

Las palabras de Francisco son especialmente significativas en unos días en los que se ha materializado en Europa una polémica medida de gestión de la inmigración. Esta semana, el gobierno italiano trasladó a dos centros de internamiento en Albania a 16 migrantes procedentes de Bangladés y Egipto que la Guardia Costera italiana había rescatado en el mar.

Allí serían procesadas por la vía rápida sus solicitudes de asilo arriesgándose a la deportación. Un tribunal de Roma ha invalidado este traslado asegurando que sus países de origen no son seguros para estas personas. Por tanto, el grupo de migrantes ha tenido que ser trasladado de nuevo a territorio italiano.

Además de numerosas organizaciones, La Conferencia Episcopal Italiana también han contestado la externalización fuera de los confines europeos de la gestión migratoria. Para los obispos, estos centros en Albania con gestión italiana son «una prisión a cielo abierto», además de «un gran desperdicio de recursos».

Sin embargo, pese a este inicial fracaso del acuerdo entre Roma y Tirana, algunos países ya han manifestado su interés en este modelo, como Francia u Holanda, e incluso la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, lo ha calificado como «una idea que estudiar».