No es verdad 789 - Alfa y Omega

Habrá quien piense que la viñeta que ilustra este comentario es cruel; lo es, ciertamente, pero porque cruel es la realidad: las inacabables colas de españoles de toda edad y condición esperando su turno para ver si pueden conseguir algún tipo de trabajo constituyen la expresión más cruel de la inmensa tragedia que afecta a una gran parte del pueblo español. Que, afortunadamente, todavía la mayoría no sufra directamente las consecuencias de la falta de trabajo ni explica, ni mucho menos justifica, la insolidaridad, cuando no la indiferencia, de la que más a menudo de lo aceptable hacen gala muchos. La solidaridad no es cuestión de palabras que nadie cree, si no van acompañadas de hechos. Hay quienes creen que haciendo huelgas se arregla algo, y no pocos de ellos van a la huelga, pero antes se han preocupado de dejar bien asegurada su subvención, su pensión blindada, su momio de liberados sindicales… Otros dicen que protestan porque ciertas decisiones del Gobierno afectan a la calidad de la enseñanza. ¿A la cali qué? ¿En dónde está en la España actual la calidad de la enseñanza? ¿Tal vez en la enseñanza de la asignatura de Educación para la ciudadanía?

Estamos viendo, estos días, a economistas, políticos y tertulianos que, prácticamente, les exigen a los alemanes: Necesitamos vuestro dinero, pero no nos pongáis condiciones. Es algo así como la cuadratura del círculo, o pedir peras al olmo. ¿Han visto ustedes alguna vez a alguien, fuera de los que ejercitan la caridad cristiana, que dé dinero sin condiciones? Yo no. ¿Por qué Europa no nos cree?, se preguntan algunos periódicos. ¿No será porque no somos creíbles? ¿Qué ofrece más credibilidad: el silencio y la tapadera, o la claridad y la transparencia? Se exige y se reclama una comisión parlamentaria de investigación, cuando hasta el más tonto del pueblo sabe que, cuando no se quiere saber realmente lo que pasa, lo que se hace es crear una Comisión. ¿Para qué están los Tribunales de Justicia? Los inútiles gestores de la cosa pública han cogido la costumbre socialista de despedirse atacando al Gobierno que ha heredado sus desmanes; y lo más triste es que, en lugar de exigirles a rajatabla responsabilidades no sólo políticas, sino las penales, a que haya lugar, se les condecora, se les coloca en el Consejo de Estado con un sueldo de aquí te espero, o se les da un millón y pico de euros para que no se pasen a la competencia, al menos durante algún tiempo. Y ¿todavía pretenden que nos crean en Europa? Se empieza a hablar ahora de un eje París-Roma-Madrid, para desenganchar el Banco Central Europeo de Berlín. Ya veremos en lo que queda, pero, en este humilde rincón, hace ya meses que quedó escrito -en periodismo basta con ir a la hemeroteca para comprobarlo- que los españolitos que crean que Europa nos va a resolver nuestros problemas están en Babia, y que el sueño ideal de Europa que tuvieron los padres fundadores —la mayoría de ellos católicos, por cierto— cada vez es más un sueño y menos una realidad. Los periódicos franceses y los ingleses, y los americanos, ya empiezan a hablar no tanto de lo mal que está España y Grecia, como de que Bruselas empieza a pedirles cuentas sobre sus propios Bancos y sus propias cuentas.

Ignacio Camacho ha escrito hace poco, en ABC, bajo el título El pan del Rey: «Los diputados autonómicos tienen i-Pad y móvil con cargo al erario público, mientras a la milicia se le cobra el estofado» (ya saben ustedes que a los soldados les van a cobrar la mitad del rancho). Y en el día de las Fuerzas Armadas, que acaba de celebrarse en Valladolid, por no haber, no hubo ni desfile. Vemos cómo el ex político Verstrynge se convierte en okupa y, pocas horas después, El Mundo revela que, «además de su chalé, el hoy ultra izquierdista tiene cinco pisos de alquiler en un selecto barrio de Madrid». Seguro que esos pisos y otros áticos están inmunizados contra okupas. A todo esto, el Gobierno del PP, por fin, ha nombrado un nuevo Presidente de Televisión Española; a juzgar por su currículum, un técnico gestor sin perfil político, pero desde el PSOE ya aseguran que TVE ha vuelto a ser de partido. Dicen bien, ha vuelto a ser, porque ¿qué otra cosa era hasta ahora? Bueno, bien visto, puede que haya una diferencia: últimamente era de partido y de logia; algo vamos mejorando…