Nicaragua vuelve a restringir las procesiones a los recintos de las iglesias
Por segundo año consecutivo, el régimen de Ortega impide a los católicos sacar las imágenes religiosas a las calles
«En Nicaragua, más de 400 vía crucis no realizarán su recorrido habitual este viernes de Cuaresma», revela Martha Patricia Molina, opositora en el exilio, a través de su cuenta en la plataforma X. La abogada añade que durante los últimos días «la mayoría de los sacerdotes fueron visitados por policías y secretarios políticos sandinistas para informarles de que ellos no tenían autorizado salir de los templos».
Quienes lo solicitaron explícitamente han recibido permiso «a medias» para recorrer el atrio vallado de su iglesia. Molina, quien ha documentado en profundidad las torturas en las cárceles sandinistas y lleva un registro actualizado de los sacerdotes encarcelados, define la medida como propia de «una dictadura criminal que ni en Cuaresma cesa su odio en contra de la Iglesia católica».
Según recoge el diario opositor Despacho 505, la vicepresidenta Rosario Murillo (y esposa de Daniel Ortega) ya anunció en enero a través de su espacio televisivo en las cadenas estatistas que «hay una estrategia» para las procesiones en este tiempo litúrgico. Estará organizada por «el Instituto de Turismo, caracterizando en primer lugar lo que significa la Semana Santa, la Cuaresma y el Domingo de Pascua para la cultura tradicional nicaragüense y para los creyentes y devotos». Esta estrategia podría consistir, como sucedió en 2023, en «procesiones populares» organizadas por el propio poder político con réplicas de las imágenes que generan una mayor devoción mezcladas con elementos indígenas.
Cabe destacar que la visión sincretista de la fe de Murillo, quien según diversos analistas pretende erigirse como lideresa espiritual de su país, no es compatible con la Iglesia católica. A ello se suman sus ataques a los sacerdotes, llamándolos «representantes del demonio», «enviados del diablo» o «servidores de Satanás». En su monólogo de enero, justificó el encarcelamiento de más de una quincena de sacerdotes en Navidad alegando que así defendió la paz y la «recuperamos de las garras del odio, gracias infinitas al Padre Celestial».
3.176 procesiones prohibidas en 2023
La represión a la Iglesia nicaragüense en la Cuaresma de este año no es un suceso nuevo. Según los datos recogidos por Molina, en 2023 se impidió la celebración en el exterior de 3.176 procesiones durante Semana Santa, pues cada una de las 397 parroquias locales acostumbran a celebrar ocho. Una prohibición que contradice el artículo 29 de la Constitución Política de Nicaragua, a menudo incumplida por el propio régimen, que recoge: «Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia, de pensamiento y de profesar o no una religión. Nadie puede ser objeto de medidas coercitivas que puedan menoscabar estos derechos».
A pesar de la prohibición, en 2023 un grupo de feligreses del pueblo de Nindirí intentó recrear la Procesión de los Cirineos en memoria del personaje del Evangelio que ayudó a Jesús a cargar la cruz. Pero la Policía sandinista les impidió usar los trajes típicos e incluso persiguió por las calles a unos 20 jóvenes ataviados con estas vestimentas.