Newman, Reding y los riesgos de la fe - Alfa y Omega

Newman, Reding y los riesgos de la fe

San John Henry Newman escribió en 1848 Pérdida y ganancia, una novela autobiográfica cuyo protagonista se va aproximando al catolicismo por la vía de la razón, aunque finalmente hace un acto de la voluntad y abraza la fe

Antonio R. Rubio Plo
San John Henry Newman en una fotografía de 1865. Foto: CNS

El 21 de febrero de 1801 nacía en Londres John Henry Newman, un santo considerado como uno de los grandes intelectuales de la Inglaterra de todos los tiempos. Antes de convertirse al catolicismo, Newman fue capellán anglicano de la parroquia universitaria de Saint Mary’s en Oxford, y sus sermones de los domingos por la tarde eran muy apreciados. En ellos comentaba pasajes bíblicos de forma sencilla, y se diría que estaban dirigidos de modo personal a los estudiantes que le escuchaban. Los sermones no eran oratoria grandilocuente ni ocasión para rivalizar con otros predicadores, como solía ser habitual. Más que sermones, eran charlas que hablaban directamente al corazón.

En uno de ellos, pronunciado el 21 de febrero de 1836, Newman se refirió a los riesgos de la fe, y dio un toque de atención al cristianismo acomodaticio y sentimental en que se había apalancado la Iglesia anglicana. La fe no es algo estático. Es un camino, como el de Abrahán, que se puso en marcha sin saber dónde iba. Después, Newman añadió estas incisivas palabras: «A los ministros de Cristo se nos permite predicar con toda libertad mientras nos limitamos a afirmar verdades generales. Pero en el momento en que los oyentes se sienten implicados en lo que decimos, en cuanto ven que hay que ponerlo en práctica, entonces se paran en seco, se cierran, inician una especie de retirada, y dicen que no ven esto o no admiten aquello… Dicen que llevamos las cosas demasiado lejos, justamente cuando se las ponemos cerca».

Vista aérea de Oxford, donde se desarrolla la novela autobiográfica que escribió el santo. Foto: Duncan C.

En efecto, cuando un cristiano quiere ir más allá de la mera adhesión formal a su credo, llega la hora de la conciencia, que es también la de la fe, y el resultado es la incomprensión de quienes le rodean. Newman conoció esa experiencia y la reflejó en una novela autobiográfica, Pérdida y ganancia, publicada en 1848. Es la primera novela de la literatura inglesa ambientada en un college universitario, en este caso de Oxford. Novela de diálogos profundos, que nada tiene que envidiar a otras obras victorianas, y que bien merecería llevarse al cine. Charles Reding, hijo de un clérigo anglicano, es enviado a estudiar a Oxford y hace bastantes amigos, aunque en realidad se podría definir como amigo a todo aquel que está próximo a la puerta de su habitación en el college. El joven Reding descubre que muchos estudiantes, incluso los más brillantes, viven una vida sin perspectiva. Oyen hablar de hombres, cosas, proyectos o principios, pero todo eso va y viene como el viento, pues no guardan nada en sus mentes. No suelen preguntarse por el significado de los hechos y reducen la religión a un asunto del corazón. Pese a la educación familiar recibida, Reding llega a la conclusión de que no existe vida ni poesía en la Iglesia de Inglaterra. Su encuentro con Willis, un compañero convertido al catolicismo, le cambiará la vida. Nada conocía Willis de la religión católica, aunque siempre había buscado la verdad siguiendo los dictados de su conciencia. Pero tanto él como Reding descubrirán que el mundo suele tachar de locos y cobardes a quienes actúan en conciencia. Sin embargo, también intuirán que Dios habla a través de la realidad, sin manifestaciones extraordinarias.

Capilla del colegio universitario de Saint Mary’s en Oxford. Foto: Billy Wilson

Charles Reding confiesa a su hermana su desacuerdo con una religión, que no acepta riesgos ni inseguridades por la Palabra de Cristo, que ignora la pobreza evangélica y el peligro de las riquezas, que es incapaz de supeditar todo a Cristo. Es consciente de que ha habido hombres mejores que él, que han vivido y muerto en el anglicanismo, y que la alta sociedad de su tiempo identifica a los católicos como personas rudas y de maneras vulgares. Pero cree que ha llegado la hora de ir de los argumentos a la acción. No puede esperar a tener una luz más esclarecedora en su interior para pasarse a la Iglesia católica. Hasta entonces se ha aproximado al catolicismo por la vía de la razón, pero ahora debe hacer un acto de la voluntad y abrazar la fe.

Tomada su decisión, Reding marcha a Londres y se hace católico en un convento de los pasionistas. Reconoce que se siente tan feliz en el presente que no piensa ni en el pasado ni el futuro. Su pérdida se ha transformado en ganancia, del mismo modo que le sucedió a Newman.

Bio

Canonizado por Francisco en 2019, san John Henry Newman fue un pastor anglicano que se convirtió al catolicismo en 1845. León XIII le nombró cardenal. Fue una importante figura del Movimiento de Oxford, que aspiraba a que la Iglesia en Inglaterra volviera a su raíz católica.