«Necesitamos la profecía de la no violencia» - Alfa y Omega

«Necesitamos la profecía de la no violencia»

El Papa mantuvo este jueves un encuentro sinodal con jóvenes universitarios de América

Fran Otero
El Papa Francisco escuchó durante casi dos horas a jóvenes universitarios. Foto: Vatican News.

El Papa Francisco predica y practica la sinodalidad. Este jueves mantuvo un encuentro de casi dos horas con jóvenes universitarios que pudieron mostrarle sus inquietudes y proyectos sobre diversos temas. Hablaron con total libertad, incluso para denunciar ante el Pontífice que muchos sacerdotes y obispos no están implicados en la defensa del medio ambiente o los prejuicios de la sociedad frente a los migrantes, que no son «violadores, asesinos o drogadictos».

Durante el evento, promovido por la Universidad Loyola de Chicago y la Pontificia Comisión para América Latina, Francisco agradeció la sinceridad de sus interlocutores y lanzó varios mensajes. El primero y más relevante, dado el contexto mundial en el que nos encontramos, fue la llamada a la no violencia. «La violencia destruye, la violencia no construye, y lo vemos en las dictaduras militares y no militares a lo largo de la historia. Necesitamos la profecía de la no violencia. Este es el mayor reto que esperan de vosotros», les dijo.

También invitó a la acogida de los migrantes. En este sentido, pidió honestidad a las naciones para decir cuántos pueden recibir y que en un diálogo universal se pueda atender a todos. «Estamos viendo cómo la gente abandona su tierra por problemas políticos, guerras, problemas económicos, problemas culturales. El principio es muy claro: el migrante debe ser acogido, acompañado, promovido e integrado», añadió.

En otro momento se refirió al cuidado del medio ambiente para recordar que la naturaleza «no perdona» y defendió que para una sociedad es fundamental el cuidado de las raíces. «Negar las raíces es suicida. Cada uno tiene que cuidar sus raíces en el diálogo entre los mayores y los jóvenes. Los ancianos son las raíces, todos los frutos vienen de las raíces», insistió sobre la segunda cuestión.

Finalmente, reivindicó una Iglesia peregrina y no estática. «Una Iglesia estática es una Iglesia de museo, donde todo está limpio y ordenado, pero no convocas a nadie. La verdadera Iglesia de Jesús está en el templo más importante que usó Jesús, que está en la calle», concluyó.