Nazaret, el hogar malagueño para familias con niños hospitalizados
A mediados de noviembre abrió sus puertas la casa Nazaret, cercana al Centro Hospitalario Regional Materno Infantil de Málaga, un proyecto de acogida familiar para niños hospitalizados
Ofrecer un acompañamiento cercano y cálido a las familias necesitadas en sus diferentes realidades siempre ha sido para Cáritas parte indisoluble de su misión como Iglesia al servicio de los más pobres. Con este mismo deseo, abría sus puertas a mediados de noviembre la Casa Nazaret, cercana al Centro Hospitalario Regional Materno Infantil de Málaga, un proyecto de acogida familiar para niños hospitalizados, que viene a sumarse a una amplia oferta de recursos que Cáritas Diocesana ha ido creando en las últimas décadas para dar respuesta a las distintas necesidades sociales que han ido surgiendo.
Su puesta en marcha es fruto de una decidida apuesta de Cáritas por ofrecer su apoyo a aquellas familias con menores afectados por distintas patologías, que residan en la provincia o en otras localidades y carezcan de recursos económicos suficientes para poder afrontar largos periodos de tiempo fuera de sus hogares, como consecuencia de la hospitalización de sus hijos.
Nazaret nace con el fin de garantizar a estas familias un entorno afectivo adecuado, donde puedan sentirse como en casa hasta que el menor reciba el alta hospitalaria y minimizar los efectos añadidos generados por la enfermedad del niño. Además, se facilita información a los familiares sobre los recursos públicos y privados adecuados a sus circunstancias concretas, orientándoles a la hora de tomar decisiones, con objeto de reducir cuanto sea posible el impacto familiar, laboral y económico.
Familias que se acompañan
Cuenta con tres dormitorios, dos baños y dos salas de estar donde pueden vivir tres niños junto a uno de sus padres y, a su vez, sentirse acompañados y convivir con personas que se encuentran en situaciones similares. De velar por el cuidado de un ambiente familiar agradable y del correcto funcionamiento del hogar se encarga un equipo humano compuesto por tres voluntarios que, además de ayudar en el mantenimiento de la casa, ofrecen su escucha, cercanía y cariño. Para la coordinación y gestión cuentan también con María Teresa Márquez, técnico de Acción Social de Cáritas Diocesana, y la responsable del área, Francisca Domínguez. «Cuando recibimos la casa, herencia de Manuela Díaz, fue un inesperado regalo al que quisimos darle el mejor uso posible. Se valoraron todas las opciones para asegurarnos de que se tratase de una necesidad que no estuviese cubierta por otras entidades», afirma Domínguez.
«Hay necesidades cambiantes y nuevas. Esta era, sin duda, una nueva necesidad que el Espíritu nos ha permitido ver» afirmaba monseñor Jesús Catalá, obispo de Málaga, que acompañado por el vicario para la Acción Caritativa y Social de la diócesis, Gabriel Leal, fue el encargado de bendecir e inaugurar la casa el pasado 15 de noviembre. Verdaderamente existía esta necesidad porque se han cubierto sus tres plazas casi de inmediato. Ya, desde ese primer día, la casa estaba ocupada por Loubna y su hijo Naoufal, naturales de Nador. El pequeño, tras recibir tratamiento oncológico, esperaba una nueva operación para hacer frente a su hidrocefalia. «Llegué sola a Málaga con mi hijo, sin ningún apoyo familiar. La ayuda de Cáritas me ha dado la vida», asegura Loubna, quien ha tenido que dejar en casa a otro hijo mayor y a un bebé de tres meses a cargo de su marido.
Las personas que se encuentren en esta situación y deseen ser acogidas en la casa, deberán ponerse en contacto con su Cáritas parroquial más cercana o con los Servicios Generales de Cáritas Diocesana, llamando al teléfono 952 28 72 50. También pueden informar a la Unidad de Trabajo Social del centro hospitalario, con la que se realiza un trabajo coordinado.
En respuesta a cada realidad
En los últimos años, Cáritas Diocesana de Málaga, además de contar con cinco centros sociosanitarios en los que residen personas con diferentes problemas sociales (Pozo Dulce para personas sin hogar; el centro de acogida nocturna Calor y Café; la casa de acogida para enfermos de sida Colichet; el centro gerontológico El Buen Samaritano, y la casa de acogida para reclusos Nuestra Señora de la Merced), ha puesto en marcha distintos recursos con los que trata de hacer frente a nuevas necesidades. Entre ellos se encuentran los apartamentos para mayores Tomás de Cózar y Obispo Ramón Buxarrais; pisos para la inserción sociolaboral de inmigrantes; una casa de acogida para mujeres embarazadas que se enfrentan solas al nacimiento de su hijo, conocida como Virgen Madre, y, por último, viviendas para estudiantes de la provincia con escasos recursos económicos para poder hacer frente a los gastos de alquiler.