Naturaleza y arte románico se unen en la Ribeira Sacra - Alfa y Omega

Naturaleza y arte románico se unen en la Ribeira Sacra

Cuaderno del románico de la Ribeira Sacra (Ediciones La Rectoral, 2011) es un libro de viajes, al viejo estilo, que recorre los principales monumentos románicos de la Ribeira Sacra, un espacio natural de gran belleza situado entre los ríos Miño y Sil, en la Galicia interior. Allí se encuentra una extraordinaria concentración de monasterios, iglesias y otras construcciones románicas: más de cien

Enrique García Romero
Acuarela de la iglesia de Santo Estevo de Chouzán.

Cuaderno del románico de la Ribeira Sacra ha sido escrito e ilustrado por don Francisco José Ruiz Aldereguía, un apasionado de la Ribeira Sacra que vive allí desde hace más de diez años. Describe la geografía, la historia, el arte y las leyendas de este bello lugar. Presenta al lector, con mapas y todo lujo de detalles, 7 itinerarios por las iglesias y edificios románicos más representativos de la Ribeira Sacra.

La confluencia de los ríos Miño y Sil, entre profundos cañones y un entorno montañoso, forma un espacio adecuado para la vida retirada que buscaban los eremitas y monjes de los siglos X, XI y XII. La Ribeira Sacra es un lugar digno de conocerse, y se puede recorrer en coche o en catamarán turístico. Muchos monasterios e iglesias fueron construidos al borde de los acantilados rocosos que encañonan a los ríos.

Las acuarelas que publicamos en estas páginas son obra de don Francisco José Ruiz Aldereguía; y las fotos han sido cedidas por el Consorcio de Turismo Ribeira Sacra.

Santo Estevo de Ribas de Sil

El monasterio más significativo y de mayor tamaño de la Ribeira Sacra es el de Santo Estevo (San Esteban) de Ribas de Sil. Cuenta con tres claustros y una iglesia basilical con dos torres y tres ábsides, del siglo X. El ábside central es el más bajo, y permite un gran rosetón sobre él, que deja pasar luz a la nave central de la iglesia.

Según una tradición, este monasterio acogió a nueve obispos, que renunciaron a sus sedes en busca de refugio. Uno de los claustros del monasterio, el de los obispos, es un bello espacio románico, con arcos sobre columnas y capiteles cuidadosamente decorados. Desde el año 2004, y tras ser reformado, Santo Estevo de Ribas de Sil se ha convertido en Parador Nacional de Turismo.

Otra joya de la Ribeira Sacra es el monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil, un edificio románico enclavado en un paisaje de gran belleza, colgado sobre el río y en medio de un bosque de castaños centenarios. El viajero puede asomarse a los cercanos miradores, con desniveles cercanos a los 500 metros sobre el Sil. El edificio es de estilo románico ya muy avanzado, de finales del siglo XII.

Santo Estevo de Ribas de Miño

Santo Estevo de Chouzán fue un monasterio de monjas benedictinas, del que actualmente sólo se conserva parte de la iglesia. Fue salvada de las aguas del embalse de Os Peares, aunque perdió las naves transversales que formaban el crucero. El edificio es monumento histórico artístico.

Otra de las numerosas iglesias románicas de la Ribeira Sacra es Santo Estevo de Ribas de Miño, monumento nacional. La fachada principal cuenta con un notable rosetón de cuatro metros de diámetro, y una puerta abocinada de cuatro arquivoltas de medio punto, sobre columnas de mármol. Su imagen ha sido usada con frecuencia como icono de la Ribeira Sacra.

Un remanso de paz

Muchos de los monumentos que aparecen en el libro Cuadernos del románico de la Ribeira Sacra reciben el nombre de monasterio. Pero, con frecuencia, el visitante sólo encuentra una iglesia en mejor o peor estado de conservación.

¿Qué ha pasado con los monasterios, abadías, prioratos y eremitorios? Cada uno tuvo su momento de esplendor, de crisis, e incluso de abandono por parte de la comunidad de monjes que lo habitaba. Con la exclaustración y cierre de las Órdenes religiosas, las leyes desamortizadoras del siglo XIX —de Madoz y Mendizábal— obligaron a que frailes y monjas abandonaran sus conventos, y se pusieran a la venta edificios y tierras.

El poco cuidado que sus nuevos propietarios dieron a los edificios provocó su desaparición, por el paso del tiempo y la acción expoliadora de los vecinos. Sin embargo, las iglesias conventuales pasaron, en muchos casos, a ser iglesias parroquiales, y fueron los propios vecinos quienes, desde entonces, las cuidaron.

A pesar de ello, la Ribeira Sacra sigue siendo un espacio en el que confluyen la belleza natural, el arte románico y la riqueza histórica, y donde el viajero podrá encontrar un remanso de religiosidad, paz y sosiego.