Nagore Goicoechea: «Si mi madre no se opusiera a la transición hoy estaría mutilada»
Esta joven se declaró trans a los 15 años. Desistió cuando se dio cuenta de que el rechazo a su cuerpo tenía que ver con el bullying o la falta de encaje. Ahora lucha contra la ley trans, recién aprobada en el Congreso
A los 15 años se definió como trans, quiso hormonarse, pero desistió.
Con 10 años me vino la regla y me crecieron los pechos y la cadera, y se metían conmigo por ello. No encajaba, no entendía a los demás y no era capaz de expresarme bien. Todo esto hizo que rechazara mi cuerpo. Así, a los 15 años, una psicóloga me dijo que era posible que yo fuera trans y lo vi como una solución a mis problemas. Lo mismo que me pasó a mí le sucede a las niñas de la asociación AMANDA [agrupa a madres de adolescentes con disforia de inicio rápido]: muchas están sufriendo por bullying, falta de encaje social o abusos sexuales, y ven ser trans como una solución mágica.
Sus padres se opusieron.
Fui trans desde los 15 hasta los 18 años. Agradezco mucho a mi madre que se opusiera a la transición [cambiar de sexo], porque ahora mismo estaría mutilada. Luego fui a otra psicóloga que me ayudó con mi autoestima, con mis problemas para encajar y con el acoso. Empecé a encontrarme mejor y a no rechazar mi cuerpo.
¿Cuándo fue consciente?
En la facultad. Estudio Psicología y me dio clase José Errasti, autor de Nadie nace en un cuerpo equivocado. Él no hablaba del tema trans en clase, pero sí de cómo se construye la personalidad y de cómo el entorno afecta al comportamiento. Al final, entendí que estaba sufriendo. Tuve suerte. Muchas de las chicas que ahora transicionan lo hacen porque no han tenido la misma oportunidad que yo.
¿Declararse trans puede esconder malestares psicológicos?
El 97 % de las niñas de AMANDA tienen malestares previos. Por tanto, habrá que investigar de dónde surge ese rechazo hacia el propio cuerpo. Pongamos el ejemplo de los abusos sexuales, que son más comunes de lo que parece. Una niña que sufre abuso sexual con 12 años va a rechazar su cuerpo, porque lo ve como algo que ha sido usado en contra de su voluntad, y no va a poder superarlo sin una terapia. Que se burlen de ti provoca que te rechaces y te plantees que no pasaría si no tuvieras pecho o caderas. El 30 % de las integrantes de AMANDA superan la disforia tratando los malestares previos en un plazo de un año.
¿Por qué esta realidad afecta sobre todo a niñas y adolescentes?
Tiene que ver con la feminidad impuesta. Si no fueran niñas, no las sexualizarían, no las tratarían como las tratan… Y quieren huir de esto. Yo visto con pantalones anchos y sudaderas porque estoy cómoda, y mucha gente me trata como si fuera un chico trans. No se acepta que una mujer vista como le dé la gana.
Ni los psicólogos ni los psiquiatras podrán intervenir.
Nos dicen que sí se va a permitir que se vaya a terapia, pero ¿qué chica de 16 años que tiene clarísima la solución a sus problemas va a acudir a alguien que le puede hacer ver que no es lo mejor? Las niñas no van a pedir ayuda y esta es necesaria cuando están sobre la mesa decisiones irreversibles. No se va a permitir indagar de dónde sale el rechazo al cuerpo; el psicólogo solo puede acompañar y afirmar. ¿Desde cuándo el psicólogo tiene que afirmar al paciente? Como desistidora y futura psicóloga pido que no se nos ignore. No podemos afirmar al paciente, es muy peligroso.
Ley trans
Tras ser aprobada el 22 de diciembre en el Congreso, tendrá que ser debatida en el Senado.
Reforma del aborto
Está en la misma situación que la ley trans. Solo le falta pasar por la Cámara Alta. Será una realidad en primavera.
Ley de familias
A esta ley, que elimina la denominación de familias numerosas, le queda más recorrido. Todavía es anteproyecto.
Usted es desistidora, paró a tiempo, pero hay otras personas que sufren las secuelas de los procesos de transición. ¿Ha tenido contacto con ellas?
Conozco a varias. Sus historias son muy duras y no quieren hablar públicamente por el acoso que reciben de los activistas trans. Les están diciendo que se callen, que sus historias no importan, les desean la muerte… A mí me gritaron en clase, en la facultad. Se les prometió una solución que no les ha servido y nunca tuvieron una terapia exploratoria previa. Chicas de 16 años fueron empujadas a la hormonación sin la ayuda necesaria y años después están dañadas y con el cuerpo estropeado. Las operaciones genitales son horrorosas. Irene Montero no se ha querido reunir con ellas. Los detransicionadores y los desistidores deberíamos ser parte de esta ley, porque somos una realidad que va unida a lo trans. Se niegan los efectos secundarios, pero los estudios los demuestran. Se tapan los ojos ante la realidad.
¿Qué efectos secundarios?
Perderán la capacidad para tener hijos o el placer sexual, tendrán mayor probabilidad de tener cáncer y problemas cardiovasculares o urinarios, entre otros.
¿Y quién responde ante las niñas que se arrepienten?
Nadie, porque los médicos que las han empujado les dicen que es su problema. Prometen que es la solución y luego se desentienden. Se aprovechan de niñas vulnerables para hacer experimentos. Esto es un experimento.
La ley va a ser una realidad. ¿Cómo se presenta el futuro?
Espero que los partidos que gobiernen después la paren, porque es una locura. El problema es que en el tiempo en que tarden en revertirla va a haber muchos daños, se van a hormonar muchas niñas que se arrepentirán y no se las ayudará. Me temo que va a haber suicidios al ver sus cuerpos destrozados. Habrá demandas a los padres por oponerse a la transición de sus hijas. Ya se cancelan y queman libros. ¿En qué mundo vivimos que se prohíbe que se lea un libro? Y va a ir a peor. Decir que la mujer es la hembra humana es transfobia.