Mutiladas a causa del COVID-19
Dos millones de niñas serán mutiladas como consecuencia de la pandemia, y alrededor de doce millones de niños obligados a casarse, según la alianza No Quiero, a la que pertenece la ONG Entreculturas
Sima es sudanesa, pero vive en el campo de refugiados de Djabal, en Chad. Su madre, Aisha, es directora de escuela y lucha contra la mutilación genital femenina. Siendo Aisha muy pequeña, la llevaron a un lugar oscuro junto a otras niñas y la cortaron. Se desmayó del dolor; su vida corrió peligro. Pero sobrevivió y pudo tener tres hijos, dos niñas y un niño. Aisha nunca permitirá que Sima y su hermana sean mutiladas. Pero no todas las niñas tienen esa suerte.
«Estoy preocupada por la situación provocada por el COVID-19», asegura Sima, de 18 años, en un vídeo grabado para la ONG Entreculturas. Con el cierre de las escuelas, «muchas niñas están siendo obligadas a casarse», práctica unida al aumento de mutilaciones (las familias cortan a las niñas antes de entregarlas). Según la UNESCO, 743 millones de pequeñas no están yendo a la escuela debido a la pandemia. A esto hay que sumar los 132 millones de niñas de entre 6 y 17 años que estaban fuera del sistema educativo ya antes. La desprotección que sufren al abandonar el colegio se traduce en casos concretos, como el de la región tanzana de Ruvuma, donde en un mes se han dado más de 100 embarazos de menores durante la emergencia.
Entreculturas, Amnistía Internacional, Mundo Cooperante y Save the Children comparten la preocupación de Sima y advierten en la alianza No Quiero de las consecuencias concretas de la pandemia. Las cuatro organizaciones recuerdan en un informe conjunto que el cierre de escuelas, la inseguridad económica y alimentaria, y la falta de medidas de protección social «están asociadas con un mayor riesgo de abuso infantil, violencia contra las niñas, matrimonios infantiles y prácticas como la mutilación genital».
El matrimonio infantil
El matrimonio entre niños o de una niña con un adulto es una práctica común en crisis humanitarias. Las familias reducen así su carga económica, sobre todo cuando se paga el precio de la novia, «o en la creencia de que así se protege a las menores de otras formas de violencia de género», asegura la alianza No Quiero. En Burundi, Annick Dusenge, trabajadora psicosocial del programa Ser niña es un derecho, que realiza Solidarité des Femmes con el apoyo de Mundo Cooperante, advierte: «Algunas familias, al quedarse sin trabajo por la pandemia, no pueden hacer frente a todos los gastos, incluidos los de escolarización de sus hijos, así que prefieren dar a sus hijas en matrimonio».
También la organización World Vision acaba de publicar un informe sobre el aumento exponencial de matrimonios infantiles en el norte de Siria. Entre enero y abril de 2020, la ONG habló con 626 niñas y niños adolescentes de la zona. En el texto, la ONG asegura que los diez años de conflicto ininterrumpido son los principales impulsores de estos matrimonios precoces, que provocan en los niños «daños físicos y psicológicos significativos». Esto incluye «el embarazo temprano y las complicaciones del parto; el aumento de la violencia doméstica, o el analfabetismo». Y, en el peor de los casos, el suicidio.
La alianza No Quiero no es optimista ante el panorama que se avecina. Los programas que promueven el abandono de la mutilación genital femenina estaban teniendo éxito y se esperaba que, con su impulso y con el aumento del acceso a la educación, se evitaran 46,5 millones de casos en los próximos 30 años. «Estimando un retraso de dos años en el inicio de los programas, la reducción de la cobertura lograda hasta 2030 implicará dos millones de casos que de otro modo se habrían evitado».
Respecto al matrimonio infantil, el escenario antes de la pandemia era que los programas de prevención reducirían en 60 millones el número de matrimonios infantiles hasta 2030. Ahora, trabajando en una hipótesis de un retraso de un año, «se producirán 7,4 millones de matrimonios infantiles que iban a ser evitados». A esto se suma que, «si se alcanza un descenso en el PIB del 10 %, se producirán otros 5,6 millones de casos».